Изменить стиль страницы

El viento azotaba el campus con nieve y un frío glacial. El lago que me dio esperanza, deseo y sueños, aquella vez me había proporcionado desesperación. Mi alma gemela había dicho: «No hay mucha esperanza para nosotros». Había llegado y se había marchado, desapareciendo de nuevo en la luz neblinosa, dejando mi corazón marcado para siempre con su nombre.