La carta convierte el pasado en presente, y el presente le ofrece futuro con ella. Se sienta en el porche, donde vio escribir a Ulrike. Ha cogido la rosa, se sienta en el porche con la rosa seca en las manos y la carta golpeándole el pecho. No tiene frío, mira la nieve y repite las palabras del doctor Bäalt que le había enseñado a Ulrike. «La enfermedad se funde como la nieve en presencia del sol.» En primavera. Heiner sabe esperar. Abrirá la carta en primavera.