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– Santidad, sus sobrinos Rodrigo y Pere Lluís.

Compone el gesto Alfons de Borja, como aumentando su elevada estatura de hombre y papa, pero cuando los dos jóvenes entran en el salón se conmueve, acude a su encuentro, les niega la mano que querían besarle y los abraza con la garganta estrangulada.

– "Pere Lluís, Rodrigo…

fills meus"

– "Oncle" -dice Rodrigo.

– "Santedat" -dice Pere Lluís.

– "Estic molt content del profit que heu tret als estudis a Bolonya i hem de prendre decisions importants. Qué voleu fer ara?

Romandre ací, al meu costat?"

– Vosté, oncle, es el cap de la nostra família"

– "Tot va be a casa vostra?

I la vostra mare? Fa molt que no passeu per Xátiva. Ho comprenc.

Peró ara la vostra terra es la cristiandat"

– "Tot be, tot be, oncle. Farem el que vosté ens digui"

.

Repara Calixto Iii en la presencia del secretario y le insta a que acerque dos sillas a situar delante del trono. Recupera el asiento y la jerarquía y desde su adquirido nivel observa a sus sobrinos. Abandona el catalán y señala a Rodrigo.

– Vas demasiado bien vestido para ser un sobrino del papa. Ahora soy el representante de Cristo en la Tierra. Cristo era pobre y fue crucificado casi desnudo. Por eso san Mateo escribió: "Beati pauperes spiritu, quonian ipsorum est regnum caelorum." Asiente el secretario somnoliento y se sobresalta cuando oye la respuesta de Rodrigo.

– Bien cierto es, bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

Pero san Mateo no se refiere a los pobres de bolsillo, sino a los pobres de espíritu. Juvenal nos advirtió: "Nihil habet infelix paupertas durius in se, quam quod ridiculos homines fecit."

– No me parece una buena medida colocar en la misma balanza a un santo como Mateo y a un disoluto descarado como Juvenal, pero vosotros, especialmente vosotros, por lo difícil que lo habéis tenido como hijos de viuda, debéis tener en cuenta aquella sentencia sabia: "Claudus eget baculo, cecus duce, pauper amico." Su santidad guiña un ojo a sus sobrinos y prosigue:

– El dinero no es malo si se emplea en fortalecer la obra de Dios y sus instrumentos, ahora ese instrumento somos los Borja. Una familia escogida por Dios para cumplir sus designios en la Tierra. Me di cuenta cuando el predicador Vicente Ferrer profetizó que sería papa y me encargó la tutela de Alfonso de Aragón, rey de Nápoles. Ahora, formáis parte de los trescientos valencianos, catalanes y aragoneses que me he traído a Roma como gente de confianza y no quiero que me defraudéis. Estoy rodeado de hostilidad. Esta gentuza se pasa el día exclamando: "Oddio, la Chiesa romana in mano ai catalani!" Nos detestan. Esta ciudad, este país se divide en asesinos y asesinados. Entre ladrones y robados. No basta con la santidad y el carácter para hacer fuerte a la Iglesia. Hay que estar preparado, y el estudio de las leyes de Dios y de las del mundo es fundamental. La santidad y el carácter los emplearemos contra el infiel, y antes de morir yo mismo encabezaré una cruzada contra el Gran Turco, a mis setenta y cinco años estoy dispuesto a ir a la lucha, el primero, con la misma indignación moral con la que Cristo expulsó del Templo a los mercaderes. Para ello cuento contigo, Pere Lluís. Conozco tu buena disposición militar y serás el capitán general de los ejércitos del Estado pontificio. Tú, Rodrigo, serás cardenal, pero sobre todo has de ser como yo, un experto en leyes, y lo eres tras los estudios en

Lleida y Bolonia. La Iglesia no es sólo una fe o una comunión, es también un aparato de poder muy complejo.

No tenían otra respuesta para el asentimiento que cabecear una y otra vez, convencidos de que la infalibilidad de Calixto Iii se plasmaba en primera instancia ante la familia.

– Y no os creáis que estoy inútilmente obsesionado por lo del Turco. La caída de Constantinopla nos obliga a reaccionar y Belgrado está amenazada. Hace unos meses pasó por aquí un caballero paisano, Joanot Martorell, ¿le conocéis?

No lo conocían, ni juntos ni por separado.

– Un bravo caballero que estaría dispuesto a secundar una cruzada si le diéramos la exclusiva de su crónica. Tiene un conocimiento extraordinario de por qué hay que aplastar al Turco.

– ¿Por qué?

– ¿Y tú me lo preguntas, Pere Lluís? El Islam es una religión excluyente, y el desarrollo de los países del Mediterráneo es el único posible. Más allá de Finisterre empieza lo desconocido. Se habla de imanes que hunden a los barcos desde el fondo marino o de cataratas que precipitan los océanos en la nada. Los turcos cierran el Mediterráneo e impiden la expansión de los pueblos cristianos.

Se fomenta la corrupción de tolerarlos. Venecia negocia con los turcos, y los franceses a veces utilizan sus servicios. Hay que cortar por lo sano.

Prosiguió el advertimiento del anciano a sus sobrinos mientras la tarde romana ocre y verde se volvía noche ante los ojos fugitivos de Rodrigo, que escuchaba a su tío pero su mirada tenía voluntad de huida.

– ¿Rodrigo? Te estoy hablando.

– Sí, "oncle".

– Conviene que en Roma no olvidemos que somos de la familia

pero también que no olvidéis que soy el papa.

– Sí, santidad.

– ¿Qué impresión os ha producido Roma?

Se miran los dos hermanos consultando la respuesta y finalmente Pere Lluís se decide.

– La verdad es que nos gustaba más Bolonia, y más que Bolonia, Valencia. Roma parece un poblado oscuro y sucio.

Se envalentona Pere Lluís ante la sonrisa condescendiente de su tío.

– En Valencia la noche se vive y en Roma da la sensación de que todo el mundo habla de todo el mundo y espía a todo el mundo y el Tíber apesta. Los sicarios de los Orsini y de los Colonna marcan sus territorios como los perros y los Della Rovere vigilan Roma desde Liguria como los buitres vigilan la agonía de la vaca.

– La diferencia entre el pasado y el futuro es Valencia o Roma.

En Valencia yo podía ser sólo obispo o cardenal, con la benevolencia de los Trastámara, reyes en Castilla y en Aragón y ahora en Nápoles. En Roma soy papa. No lo olvidéis. Los papas no podemos seguir pendientes de la benevolencia de nuestros amigos los reyes.

He discutido mucho sobre esto con Lorenzo Valla, un filólogo que sostiene la peregrina tesis de que Constantino no consagró el poder temporal de los papas. Necesitamos tener nuestra propia riqueza y nuestro propio poder. "Pauper eget amico." Los pobres necesitan un amigo. Yo soy vuestro amigo, pero el mejor amigo de la Iglesia es ella misma.

Bendecidos por el papa Calixto Iii, no se reprodujeron en las despedidas los abrazos ni las efusiones, y cuando salieron los dos jóvenes del palacio, aspiraron el aire como si les faltara desde hacia tiempo.

– "Pere Lluís, hem fet sort.

L.oncle ens ha col@locat for amp;a be"

.

– "De qui es pot refiar un si no es dels seus nebots? Peró ara vull viure la nit de Roma. Vull saber com tenen la figa les romanes, despres de tocar tantes figues a Valencia i Bolonya tinc els dits morts de gana. Porto massa temps sense dona"

– "I jo tambe"

– "Tu ets un eclesiástic. Tu, a pregar a la Verge i a flagellar-te quan sentis la temptacio de la carn"

.

Saluda Pere Lluís a su hermano, se despega de él y se aleja mientras Rodrigo se queda ensimismado y sonriente, los ojos alzados al cielo y susurra: "Pere Lluís, Pere Lluís." Intenta Rodrigo recuperar su caballo atado a un muro del Vaticano, pero en el camino se le interpone una gitana.

– Caballero. Déjame que te diga la buenaventura.

– ¿Y si es la malaventura?

– No seas malo, caballero. Si es mala mi profecía, también te interesa.

– No. Sólo me interesan las buenaventuras.