¿Qué más? Solicitud de Josefa Hurtado de Mendoza, que reclama la restitución del solar que le corresponde por partición de la herencia del marido. ¡Tarde de viudas, de músicos, de flautistas, de tambores, de cuanto diablo a cuatro viene a mover la cola en momento tan poco oportuno! ¿Has averiguado los antecedentes del pleito? Sí, Excelencia. La viuda tiene casación del juez de Alzada. ¿No te gotea sebo de esta vela-viuda, Patiño? ¡Por Dios, Señor! El pedido de la viuda Hurtado de Mendoza es de justicia. Providencia entonces: Si el Mendoza no es hurtado, concédase.

¿Qué más? La viuda de Noseda solicita a Vuecencia permiso para hacer llegar su carga de yerba hasta el Itapúa. ¡Más viudas! ¿Dónde están los certificados de pago de alcabala, de contribución fractuaria, ramo de guerra, estanco, todos los impuestos de ley? No se adjuntan, Excelencia. Están todavía en trámite. Dime, inconmensurable bribón. ¡Levanta los ojos! No estornudes. Esta viuda de Noseda, que tiene la cara más dura que el cuero y la piedra, está en trámites de viejo compadrazgo contigo. Vieja compinche.;No, le juro que no, Excelencia! Acorde. Demos pues a la seda el tratamiento de la seda. Escribe: A la comerciante viuda de Noseda se da lo que pide: Cargue si no tiene carga, y si tiene carga, no cargue. Por esta letraduría contrabandística se le carga a la solicitante tres mil pesos de multa, que serán ingresados por Tesorería en metálico.

No se podrá quejar tu paniaguada, Patiño. Hace algunos años impuse una multa de 9.539 pesos fuertes al mulato José Fortunato Roa, encubierto porteñista, por una pellejería semejante que me quiso hacer pasar, como tú ahora, en connivencia con su ladroni-socio Parga. Yo, Excelentísimo Señor… Tú por ahora despacha los expedientes mientras yo apunto otros apuntes. Ningún camino hay malo como se acabe.

¿Qué hay de ésas argollas para las canoas? Ah sí, Excelencia. El conductor del carro que las llevaba se ahogó salido de madre el Pirapó al querer cruzar el arroyo, con las últimas lluvias hinchado en creciente. Las argollas de fierro, te pregunto. Ya llegaron a destino, Señor. El comandante del pueblo de Yuty, cercano al lugar del hundimiento del carro con el ahogamiento de su conductor y la pérdida de su carga, reunió en consejo a todos los vecinos y resolvieron cambiar el curso del arroyo convertido en río galopante. Trabajaron hasta los leprosos del leprosario. En tres días con sus noches, las argollas quedaron en seco. Cien jinetes a matacaballo llevaron a entregar las argollas al Delegado de Itapúa.

Enviar un oficio a ese inservible.

Al delegado de Itapúa Casimiro Roxas:

Al recibo del presente, se dará inmediato cumplimiento a las siguientes órdenes:

1) Es absolutamente preciso apresurar la construcción de las chalanas. La flotilla debe estar lista antes de un mes. Mando a Trujillo para dirigir los trabajos. El sabe dónde se coloca el cañón, en qué sitio preciso del plan; dónde se amarra el braguero del cañón, como se lo he enseñado yo, para que el contragolpe del disparo no haga naufragar la embarcación.

2) También mando cureñas marinas en cantidad de cien. Otras cien terrestres. Luego se verá de enviar lo que falta. Sobre todo esto irán más detalles en el Pliego de Instrucciones Reservadas que se enviará a todos los comandantes militares. La idea es que esa flotilla de guerra contribuya, cuando llegue el momento, a romper el bloqueo del río y franquear la navegación. En poco tiempo más estaré ahí para organizar los aprestos de defensa. Yo mismo me pondré al frente de las tropas y mandaré las operaciones de acuerdo con un plan que tengo trazado. Voy a controlar lo que hay y lo que se gasta; y en cuanto a los equipos no voy a pagar a esos insaciables traficantes brasileros los exorbitantes precios que ustedes hacen figurar en las listas. Ni un granulo de pólvora se va a pagar más de lo que vale.

3) Decir al comandante de guarnición que para no acabar de arruinar los caballos dándoles tiempo de encarnecer este verano, es menester poner más bastos a los lomillos en las faenas del campamento. Decirle también que puede continuar el corte de maderas hasta cuarto creciente, que será viernes. Separar el corte en dos porciones; en una las que sirvan para la construcción de las embarcaciones; en otra, las que han de ser canjeadas por armas con los contrabandistas brasileros y orientales. En tus partes y oficios deja el don, que ya no se usa.

4) ¿Qué es de la señora Pureza? ¿Ha llegado ya allí? ¿Le has dado asilo, la debida atención que te he ordenado en mi anterior? Trátala con el debido respeto que se merece señora tan principal, a quien el país debe muchos servicios que yo me sé. No necesitas fingir con ella altanería, furias de palabras con las cuales en tu idiotez creer realzar afirmando tu poder de mando. Poder que no tienes sino en delegación del Supremo Poder.

5) He recibido muchas quejas contra ti de los comerciantes brasileros. La misma rabia, por justificada que sea, no se debe tole rar tener. Porque cuando se cría rabia contra alguien es lo mismo que autorizar a que esa persona pase todo el tiempo gobernando la idea, el sentir nuestros. Los menores momentos. Eso es falta de soberanía en una persona. Harta bobada de hecho lo es. Planta este consejo bajo la mata de tus pelos motosos. Que crezca allí en pensamientos, en acciones útiles. Mi estimado Roxas, obra según tu deber.

6) Enviar Gacetas porteñas. La última que me enviaste tiene ya seis meses de antigüedad. Pagar sobreprecio aunque sea por números atrasados. Folletos, cualquier clase de publicación que salga allá. He leído que Rosas comienza a ocuparse favorablemente de mí, lo que podría significar algo si no son más que astutos requiebros del Restaurador para ganar tiempo y ganarme a mí, ahora que Lavalle empuja sus huestes contra él. El calandrajo Ferré es nuevamente gobernador de los correntinos. Se lo tienen merecido. Averiguar si es cierto que ha ofrecido al falsario Rivera el mando del ejército contra Rosas y puesto al manco Paz como jefe militar de sus fuerzas.

7) Reclamar al inglés Spalding, en la otra banda, el envío del prometido libro de los hermanos Robertson sobre mi Reino del Terror, junto con sus Cartas sobre el Paraguay. Quiero ver con qué nuevas felonías salen estos bribones, luego de un cuarto de siglo. Puedes pagar por esas patrañas encuadernadas hasta un tercio de yerba. Uno más si son dos los tomos. Regatea. No creo que esas miserias impresas valgan más que un par de alpargatas. De todos modos no te pases de los dos tercios de yerba en total. De lo contrario, vayanse al infierno el inglés Spalding, los dos escoceses Robertson, el Imperio Británico con todos sus miserables subditos adentro.

8) Al receptor León decir que encargue con tiempo un nuevo cargamento de juguetes para ser repartidos a los niños el Día de Reyes. Los juguetes esta vez serán pagados en metálico por Tesorería a cuenta de mis sueldos no cobrados. La caravana de carretas que llevan las cureñas y los cañones pueden traer al regreso los fardos y cajones de juguetes, según detalle al pie.

9) Ve de componerte para mejorar nuestro servicio secreto en el área del exterior que te corresponde. Hacerlo más rápido, más eficaz, más reservado. Así como hoy funciona, soy el último en enterarme de lo que pasa. Especialmente ahora que estoy embarcado en un proyecto de vastas proporciones. Sobre este particular recibirás más instrucciones en el Pliego reservado.

10) Sondea a la señora Pureza acerca de sus relaciones en Río Grande, la Banda Oriental, el Entre Ríos. No decirle tú nada todavía. Embarrarás como siempre las cosas. Mejor invítala en mi nombre a hacer un viaje hasta Asunción para hablar conmigo. No le avances los motivos. Si es de su gusto este viaje, proporciónale los medios junto con la escolta adecuada. Anda por allí, creo, el antiguo carruaje de los gobernadores desde que lo abandonaron en su viaje a Misiones los picaros Robertson. Ponerlo en condiciones al servicio de la señora Pureza. En este caso, avisarme con tiempo de su llegada.

11) Aumenta a tres el número de postas en el servicio de chasques Asunción-Itapúa. Una en el pueblo de Acahay; otra sobre el río Tebikuary-mi; la tercera en la confluencia de los ríos Tebikuary-Pirapó. Fabricar balsas para el cruce de carga pesada en los dos ríos más grandes. Destacar en estos puntos los remeros-balseros más capaces que puedas reclutar allí. Enviar gente del leprosario de Yuty para el cuidado de los enseres, de las instalaciones. Destinarás una res diaria más el bastimento, el uniforme de tropa, tanto a los bal seros como a las patrullas de canotaje. Lo mismo a los equipos de conservación, reparación y mantenimiento del material.

12) No entiendo, mi estimado Roxas, eso de que salgas repentinamente diciendo en un parte que precisas ropaje para el batallón. Aquí estoy sin poder concluir el vestuario de más de mil reclutas. Las únicas tres sastrerías que hay con tres sastres y veinte obreras, trabajando en tres turnos, no dan abasto. Por lo que tales reclutas no han podido pasar aún revista, estando ya regularmente enseñados, dispuestos a incorporarse a los efectivos de línea. Que esos otros aguarden para cuando haya lugar; y si tanto precisan, que hagan lo que quieran, porque en este momento estoy ocupado en muy graves asuntos que no son únicamente los de proveer trapos, a las tropas. ¿Qué es esto de andar mezclando los trajes? Tú sabes muy bien o deberías saberlo ya luego de veinte años, que el uniforme general es una chaqueta azul con vueltas cuyo color varía según el arma. Pantalones blancos. Cordoncillos amarillos en las costuras de la espalda distinguen la Caballería de la Infantería. Sombrero redondo de cuero con la escarapela tricolor y la inscripción Independencia o Muerte en la cúspide. Otra más grande sobre el corazón de la guerrera. Si no se cuidan estos detalles, al primer entrevero de un combate de verdad, las unidades no sabrán man tener el orden. Se entremezclarán los batallones, escuadrones, compañías. Atacará, disparará cada uno por su lado. Como le ocurrió a Rolón en su escaramuza con los correntinos.

En las carretas que llevan las cureñas irá lo que se pueda aprontar por ahora de los artículos de vestuario. Tal vez todo, fuera de corbatas, que,se irán haciendo después.

Lista del pedido de juguetes:

2 figuras de generales uniformados a caballo, cada uno sobre una zorra de 4 rueditas, de a 10 pulgadas de alto las figuras.

6 oficiales uniformados también a caballo e igualmente sobre una zorra de 4 rueditas cada una, de a 7 pulgadas de alto.

770 figuras de granaderos uniformados de a 6 pulgadas de alto, 10 de ellos con corneta.