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Se retiró a tomar más y le cubrió la mandíbula. Entonces se movió hacia su cuello, pasando por alto los gruesos cordones de sus músculos desde sus hombros hasta la base del cráneo.

Cuando ella sintió algo que le acariciaba el hombro, echó un vistazo. Sus dedos le estaban acariciando las puntas de su cabello.

Susceptible por la inquietud. Ella se retiró hacia atrás.

Rhage dejó caer su mano, sin sorprenderse por su rechazo.

– Lo siento. -Refunfuñó él, cerrando los ojos.

Sin mirarla, él fue sumamente consciente de sus apacibles dedos cuando movían por su piel. Ella estaba muy cerca de él, lo bastante cerca para que pudiera olerla. Cuando el dolor de su exposición al sol disminuyó, su cuerpo comenzó a quemarse de un modo diferente.

Él abrió los ojos, manteniendo los párpados bajos. Mirándola. Deseándola.

Cuando ella terminó, dejó el tazón y lo observó directamente. -Vamos a asumir que creo que eres un…que eres diferente. ¿Por qué no me mordiste cuando tuviste la ocasión? Creo que estos colmillos no solamente decorativos ¿verdad?

Su cuerpo estaba tenso, como si estuviera preparada para largarse en cualquier momento, pero no cedía ante su miedo. Y lo había ayudado cuando lo necesitó, incluso cuando estaba asustada.

Dios, su coraje era excitante.

– Me alimento de las mujeres de mi propia especie. No de los humanos.

Sus ojos llamearon. -¿Hoy muchos como vosotros?

– Bastantes. No tantos como solía haber. Nos cazan para extinguirnos.

Lo que le recordó que: estaba separado de sus armas por unos 5 metros y un diván. Intentó levantarse, pero la debilidad de su cuerpo hizo que sus movimientos fueran lentos y descoordinados.

Maldito sol, pensó él. Te succiona directamente la vida.

– ¿Qué necesitas? -Le preguntó ella.

Se levantó y desapareció detrás del diván. Escuchó un ruido sordo y luego el sonido de una bolsa siendo arrastrada por el suelo.

– Por Dios, ¿qué hay aquí? -Ella se volvió para mirarlo. Cuando dejó caer las asas, ellas cayeron a los lados.

Él esperaba como el infierno que ella no mirara hacia allí.

– Escucha, Mary…tenemos un problema. – Él forzó a su torso a levantarse del suelo, tonificando sus brazos.

La probabilidad de un ataque de los lessers a la casa era baja. Aunque los asesinos pudieran salir a la luz del sol, ellos trabajaban de noche y necesitaban entrar en trance para reponer su fuerza. La mayor parte del tiempo estaban tranquilos durante el día.

Pero él no había tenido noticias de Wrath. Y la tarde llegaría eventualmente.

Mary apartó la mirada de él, su expresión era una tumba. -¿Necesitas estar bajo tierra? Por que puedo conseguirte un sótano en el viejo granero. La puerta hacia allí es por la cocina, pero yo puedo colgar edredones sobre las persianas…miércoles, hay claraboyas. Tal podríamos cubrirlas con algo. Probablemente estarías más a salvo allí.

Rhage dejó caer su cabeza hacia atrás de manera que veía todo el techo.

Aquí estaba esta mujer humana, que tenía ni la mitad de su peso, que estaba enferma, que acababa de averiguar que tenía un vampiro en su casa- y estaba preocupada por protegerlo.

– ¿Rhage? -Ella fue y se arrodilló a su lado. -Puedo ayudarte a bajar…

Ante de que él pudiera pensar, tomó su mano, presionando sus labios sobre su palma y luego la puso sobre su corazón.

Su miedo se arremolinó en el aire, un olor agudo, ahumado que se mezclaba con su delicioso olor natural. Pero ella no la arrancó esta vez, y el cóctel de lucha-o-lucha no duró mucho tiempo.

– No tienes por qué preocuparte. -Dijo ella suavemente. -No dejaré que nadie llegue hasta ti hoy. Estás a salvo.

Ah, infiernos. Ella lo derretía. Realmente lo hacía.

Él se aclaró la garganta. -Gracias. Pero es por tí por la que estoy preocupado. Mary, anoche nos atacaron en el parque. Perdiste el bolso y tengo que asumir que mis enemigos lo consiguieron.

La tensión se disparó por su brazo, viajando por su palma y golpeó su pecho. Como estaba susceptible por la inquietud, deseó sacar de algún modo el miedo de ella, tomándolo en si mismo.

Ella negó con la cabeza. -No recuerdo ningún ataque.

– Borré tu memoria.

– ¿Qué significa que borraste?

Él había metido la mano en su mente y la había liberado de los acontecimientos de la noche anterior.

Mary jadeó y puso sus manos sobre sus caderas, parpadeando rápidamente. Él sabía que tenía que explicarse rápidamente. No iba a procesar todo y la asaltarían conclusiones de que él era un asesino.

– Mary, tuve que traerte a casa para poder protegerte mientras espero noticias de mis hermanos. -Las que todavía no habían llegado, maldición. -Aquellos hombres que nos atacaron, no son humanos y son muy buenos en lo que hacen.

Ella cayó sobre el suelo sin gracia, como si sus rodillas no la sostuvieran. Sus ojos estaban agrandados y ciegos mientras negaba con la cabeza.

– Mataste a dos de ellos. -Dijo ella con una voz muerta. -Le rompiste el cuello a uno. Y al otro…

Rhage maldijo. -Siento haberte enredado en todo esto. Siento haberte puesto en peligro ahora. Y siento haberte borrado la memoria…

Ella lo miró con dureza. -No lo hagas otra vez.

Él sentía que no podía hacerle esa promesa. – No a no ser que tenga que salvarte. Sabes mucho de mí ahora, y esto te pone en peligro.

– ¿Me has borrado la memoria alguna otra vez?

– Nos encontramos en el centro de entrenamiento. Tú viniste con John y Bella.

– ¿Cuánto hace de ello?

– Un par de días. Puedo devolvértelos, también.

– Espera un minuto. -Ella frunció el ceño. ¿Por qué no me has hecho olvidar todo sobre ti hasta el momento actual? Ya sabes, borrarlo todo.

Como si ella hubiera preferido eso.

– Iba a hacerlo. Anoche. Después de cenar.

Ella lo miró desde la distancia. -¿Y no lo hiciste debido a lo que pasó e el parque?

– Y porque…-Dios, ¿hasta dónde quería llegar él? ¿Realmente quería que ella supiera lo que sentía? No, pensó él. Ella lo miraba totalmente sobresaltada. Ahora apenas era el momento para que llegaran las felices noticias, que un vampiro masculino se había vinculado a ella. -Por que es una invasión a tu intimidad.

En el silencio que siguió, podía verla trabajar sobre los acontecimientos, las implicaciones, la realidad de la situación. Y luego su cuerpo dejó su dulce olor a su excitación. Ella recordaba como la había besado.

Bruscamente, ella se estremeció y frunció el ceño. Y la fragancia fue cortada.

– Ah, Mary, en el parque, cuando yo mantenía la distancia de ti mientras nosotros…

Ella sostuvo su mano, parándolo. -Todo sobre lo que quiero hablar es sobre lo que vamos a hacer ahora.

Sus ojos grises se encontraron con los suyos y no dudaron. Ella estaba, él comprendió, lista para algo.

– Dios…eres asombrosa, Mary.

Sus cejas se levantaron. -¿Por qué?

– Manejas toda esta mierda realmente bien. Sobre todo la parte de lo que soy.

Ella pasó un mechón de su pelo detrás de su oreja y estudió su cara. -¿Sabes algo? No es una gran sorpresa. Bien, los es, pero…sabía que eras diferente desde el primer momento ente vi. Yo no sabía que eras un… ¿Os llamáis vampiros?

Él asintió.

– Vampiro. -Dijo ella, como si hiciera una prueba con la palabra. -No me has hecho daño o asustado. Bien, no realmente. Y…sabes, he estado clínicamente muerta al menos dos veces. Una cuando entré en paro cardíaco mientras me hacían el transplante de médula ósea. Otra vez cuando tuve una pulmonía y mis pulmones estaban llenos de líquido. Yo, ah, no estoy segura de dónde fui o por qué volví, pero había algo al otro lado. Ni cielo con nubes y ángeles y todo aquel jazz. Sólo una luz blanca. Yo no sabía lo que era la primera vez. La segunda, solo fui directamente a ello. No sé por qué volví…

Ella enrojeció y dejó de hablar, como si se avergonzara por lo que le había revelado.