VII. LOS EPIGRAMAS DE CHANG CH'AO
Hemos visto que el goce de la naturaleza no reside solamente en el arte y la pintura. La naturaleza entra en nuestra vida como un todo. Es toda color y sonido y forma y manera de ser y atmósfera, y el hombre, como artista que percibe la vida, comienza a seleccionar los modos de la naturaleza y armonizarlos con los suyos. Esta es la actitud de todos los escritores chinos, ya sea de poesía o de prosa, pero creo que su mejor expresión se encuentra en los epigramas de Chang Ch'ao (mediados del siglo XVII), en su libro Yu-mengying (o Dulces sombras soñadas). Es un libro de máximas literarias, de las que hay muchas compilaciones pero ninguna comparable a las que escribió el mismo Chang Ch'ao. Estas máximas literarias están, en relación con los proverbios populares, como los cuentos de hadas de Andersen en relación con los viejos cuentos de hadas ingleses, o como las canciones de Schubert en relación con las melodías folklóricas. Tanto se ha querido su libro, que un grupo de sabios chinos ha sumado comentarios propios a cada una de sus máximas, en la más deliciosa vena familiar. Me veo obligado, empero, a traducir solamente algunas de las mejores de sus máximas acerca del goce de la Naturaleza. Unas pocas de sus máximas sobre la vida humana son tan buenas y forman parte tan vital del todo que he de incluir algunas de ellas al final.
DE LO QUE SE DEBE HACER
Es absolutamente necesario que las flores tengan mariposas, que las colinas tengan manantiales, que las rocas tengan musgos, que el agua tenga berros, que los árboles altos tengan lianas enredadas, y que los seres humanos tengan pasatiempos.
Se debe gozar de las flores en compañía de hermosas mujeres, embriagarse bajo la luna en compañía de amigos encantadores, y gozar de la luz de la nieve en compañía de sabios muy inteligentes.
Plantar flores sirve para invitar a las mariposas, apilar rocas sirve para invitar a las nubes, plantar pinos sirve para invitar al viento, tener un estanque de agua sirve para invitar a las algas, construir una terraza sirve para invitar a la luna, plantar bananeros sirve para invitar a la lluvia, y plantar sauces sirve para invitar a la cigarra.
Siempre se obtiene un sentimiento diferente cuando se mira a las colinas desde lo alto de una torre, cuando se mira a la nieve desde una muralla, cuando se mira a la luna a la luz de una lámpara, cuando se mira a las nubes coloreadas desde un bote, y cuando se mira a las mujeres hermosas en una habitación.
Las rocas contiguas a un ciruelo deben parecer "antiguas", las que están cercanas a un pino deben parecer "estúpidas", las que están junto a bambúes deben parecer "gráciles" y las que están dentro de un cuenco de flores deben ser exquisitas.
Las aguas azules vienen de verdes colinas, porque el agua quita su color a las colinas; los buenos poemas vienen de perfumados vinos, porque la poesía extrae su inspiración del vino.
Cuando se encuentra el espejo con una mujer fea, cuando una rara piedra de tinta encuentra un dueño vulgar, y cuando una buena espada está en manos de un general ordinario, no hay absolutamente nada ' que hacer.
DE FLORES Y MUJERES
Uno no debería ver cómo se agostan las flores, cómo se hunde la luna bajo el horizonte, o cómo mueren en su juventud las mujeres bellas.
Debe uno ver las flores cuando están en flor, después de plantarlas; la luna cuando es llena, después de esperarla; un libro cuando está terminado, después de empezar a escribirlo, y las mujeres bellas cuando están alegres y felices. De lo contrario, nuestro propósito es fallido.
Se debe mirar a las mujeres bellas en su arreglo matinal, después de que se han empolvado.
Hay caras que son feas pero a las que se puede mirar, y otras caras que no pueden ser miradas, aunque no son feas; hay escritos que son hermosos aunque no gramaticales, y hay otros escritos que son muy gramaticales, pero repugnantes. Esto es algo que no puedo explicar a personas superficiales.
Si uno ama lis flores con el mismo corazón que ama a las mujeres bellas, siente un especial encanto en ellas; si uno ama a las mujeres bellas con el mismo corazón que ama a las flores, siente una especial ternura y un afecto protector.
Las mujeres hermosas son mejores que las flores porque comprenden el lenguaje humano, y las flores son mejores que las mujeres hermosas porque irradian fragancia; pero si no se puede tener ambas cosas a la vez, se debe renunciar a las fragantes y tomar las que hablan.
Al poner flores en jarrones de color de hígado, se las debe arreglar de modo que el tamaño y la altura del jarrón hagan juego con los de las flores, y que hagan contraste con ellas el matiz y la profundidad de su color.
Casi todas las flores seductoras y hermosas no son fragantes, y son casi siempre mal formadas las flores que tienen capa tras capa de pétalos. ¡Ay, rara es una personalidad perfecta! Sólo el loto combina ambas cosas.
La flor de ciruelo hace que el hombre se sienta inteligente, la orquídea hace que el hombre se sienta recluido, el crisantemo hace que el hombre tenga el corazón sencillo, el loto hace contento al hombre, el haifang ( [47]) de primavera hace apasionado al hombre, la peonía hace caballeresco al hombre, el bambú y el bananero hacen encantador al hombre, el hait'ang de otoño hace gracioso al hombre, el pino hace que el hombre se sienta como un recluso, el wut'ung (sterculia platanifolia) hace limpio de corazón al hombre, y el sauce hace sentimental al hombre.
Si una belleza tiene cara de flor, voz de pájaro, alma de luna, expresión de sauce, encanto de un lago en otoño, huesos de jade y piel de nieve, y corazón de poesía, yo estaría perfectamente satisfecho. (¡Ya lo creo!, Lin Yutang) ( [48]).
Si no hay libros en este mundo, nada queda por decir, pero como los hay, es preciso leerlos; si no hay vino, nada queda por decir, pero como lo hay, es preciso beberlo; si no hay montañas famosas, nada queda por decir, pero como las hay, es preciso visitarlas; si no hay floret ni luna, nada queda por decir, pero como las hay, es preciso gozarlas y "jugarlas"; si no hay hombres de talento y mujeres hermosas, nada queda por decir, pero como los hay, es preciso amarlos y protegerlos.
La razón por la cual el espejo no llega a ser enemigo de las mujeres feas es que no tiene sentimientos; si los tuviera, se habría roto en pedazos.
Siente uno ternura hasta poruna flor en maceta cuando la acaba de comprar; ¡cuánto más tierno ha de ser hacia una "flor que habla"!
Sin vino y poesía no tendría propósito la existencia de las colinas y el agua; sin la compañía de mujeres hermosas se desperdiciarían las flores y la luna. Los hombres de talento que son guapos a la vez, y las mujeres hermosas que a la vez saben escribir, no podrán vivir largo tiempo. Esto no es solamente porque los dioses tengan celos de ellos, sino porque este tipo de personas no es sólo el tesoro de una generación sino el tesoro de todas las edades, de modo que el Creador no quiere dejarlas demasiado tiempo en este mundo, por temor al sacrilegio.
DE LAS COLINAS Y EL AGUA
De todas las cosas del universo, las que conmueven más profundamente al hombre son: la luna en el cielo, el ch'in en la música, el cuclillo entre los animales y el sauce entre las plantas.
Preocuparse por la luna a causa de las nubes, preocuparse por los libros a causa de la polilla, preocuparse por las flores a causa de las tormentas y preocuparse por los hombres de talento y las mujeres hermosas a causa del duro destino,es tener el corazón de un Buda.