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Al nacer, el niño es simplemente amor. Esto es así porque no conoce otra cosa. En el vientre de su madre no se ha cruzado con ningún enemigo. Ha vivido en un amor profundo durante nueve meses, ha estado rodeado de amor, nutrido por el amor. No conoce a nadie que sea su enemigo, solo conoce a su madre y el amor de su madre. Cuando nace, su única experiencia es de amor, ¿cómo vas a suponer que sabe algo sobre el odio? Ese amor lo lleva consigo, es su rostro original. Después se complicará todo y tendrá otras experiencias. Empezará a desconfiar de la gente. Un niño recién nacido nace con confianza.

He oído contar esta historia:

Un hombre y un niño entraron juntos en una barbería. E! hombre, después de recibir el tratamiento completo: afeitado, champú, manicura, corte de pelo, etc., sentó al niño en la silla.

– Me voy a comprar una corbata -le dijo el hombre al barbero-. Vuelvo en unos minutos.

Cuando el corte de pelo del niño estaba listo, el hombre aún no había vuelto y el barbero dijo:

– Parece que tu padre se ha olvidado completamente de ti.

– Ese no era mi padre -dijo el niño-, apareció, me cogió de la mano y me dijo: «¡Ven, nos van a cortar el pelo gratis!».

Los niños son confiados pero con el tiempo tendrán experiencias en las que serán engañados, se meterán en líos, tendrán en-frentamientos y sentirán miedo. Poco a poco, aprenderán los trucos de la vida. Eso, más o menos, le ha ocurrido a todo el mundo.

El Maitri Bhavana vuelve a crear la misma situación: es una deshipnotización. Es un intento de deshacerse del odio, la rabia, la envidia, y volver al mundo tal como llegaste al principio. Si sigues haciendo esta meditación, primero empezarás a quererte a ti mismo, porque estás más cerca de ti que nadie. Después propagarás tu amor, tu amistad, tu compasión, tu sentimiento, tus buenos deseos, tus bendiciones y tu gracia; propagarás todo esto a la gente que quieres, a tus amigos y tus amantes. Después, a medida que pase el tiempo, lo extenderás a la gente que no quieres tanto, luego a las personas que te son indiferentes -a las que no quieres ni odias-, y más tarde a las personas que odias. Te estás deshipnotizando poco a poco. Lentamente vas volviendo a crear un vientre de amor en torno a ti mismo.

Cuando un buda se sienta, se sienta en la existencia como si la' existencia entera se hubiese vuelto a convertir en el vientre de su madre. No hay enemistad. Ha alcanzado su naturaleza original. Ha llegado a conocer lo esencial de sí mismo. Ahora puedes matarle incluso, pero no podrás destruir su compasión. Aunque se esté muriendo, seguirá lleno de compasión hacia ti. Puedes matarle pero no puedes destruir su confianza. Ahora sabe que la confianza es algo tan esencial que si la pierdes, lo has perdido todo. Si no pierdes la confianza y has perdido todo lo demás, entonces no habrás perdido nada. A un buda puedes quitárselo todo, pero no puedes quitarle la confianza.

Maitri Bhavana es maravilloso; no es necesario que lo dejes, porque es muy beneficioso. Es una desestructuración.

El ego se origina con el odio, la enemistad y la lucha. Para renunciar al ego tendrás que crear más sentimientos amorosos. Cuando amas, el ego desaparece. El ego deja de existir cuando amas inmensamente, incondicionalmente, y cuando lo amas todo. El ego es la cosa más estúpida que le ha sucedido al hombre o a la mujer, pero una vez ocurre es muy difícil darse cuenta, porque té nubla los ojos.

He oído contar esta historia:

El mulá Nasrudin y sus dos amigos estaban hablando sobre sus parecidos. El primer amigo dijo: «Mi cara se parece a la de Winston Churchill. A menudo me confunden con él».

El segundo dijo: «En mi caso, la gente cree que soy Richard Nixon y me piden autógrafos».

El mulá dijo: «Eso no es nada. A mí me han confundido con el mismísimo Dios».

El primero y el segundo exclaman a la vez: «¿Qué?».

«Bueno -dijo el mulá Nasrudin-, cuando me condenaron y me mandaron a la cárcel por cuarta vez, el carcelero al verme dijo: "¡Dios, ya estás aquí de nuevo!".»

Cuando aparece el ego, empieza a coger cosas de todas partes para seguir sintiéndose importante, tengan sentido o no. En el amor dices: «Tú también eres importante, no solo yo». Cuando amas a alguien, ¿qué estás diciendo? Puedes decirlo en voz alta o no, pero ¿qué hay en el fondo de tu corazón? Con palabras o en silencio estás diciendo: «Tú también eres importante, y tanto como yo». Si el amor crece, dirás: «Tú eres aún más importante que yo. Si en alguna ocasión solo pudiese sobrevivir uno de los dos, moriría por ti; me gustaría que tú sobrevivieses». El otro se ha vuelto más importante, estás dispuesto a sacrificar tu vida por la persona a la que amas. Y si esto se sigue propagando, como en Maitri Bhavana, entonces llegará un punto en el que empezarás a disolverte. Habrá muchos momentos en los que no estarás ahí, absolutamente en silencio, sin ningún ego en absoluto, sin centro, solo puramente espacio. Buda dice: «Cuando se alcanza este estado permanentemente y te has integrado en ese espacio puro, entonces estás iluminado».

Cuando has perdido el ego completamente, cuando tienes tan poco ego que ni siquiera puedes decir «Yo soy» ni puedes decir «Yo soy un ser», estás iluminado. La palabra que usa Buda para describir este estado es anatta; sin ser, no ser, sin identidad. Ni siquiera puedes pronunciar «Yo», la misma palabra se vuelve profana. Cuando estás profundamente enamorado, el «yo» desapare- -ce. Estás desestructurado.

Un niño al nacer llega sin ningún «yo». Es simplemente una hoja en blanco, no hay nada escrito. La sociedad empieza a escribir y a reducir su conciencia. La sociedad va creando, a la larga, un papel para él. «Este es tu papel; este eres tú», y él se tendrá que ceñir a ese papel. Pero ese papel nunca le va a permitir ser feliz, porque la felicidad solo es posible cuando eres infinito. No puedes ser feliz cuando estás limitado. La felicidad no es una característica de la limitación; la felicidad es una característica del espacio infinito. Solo puedes ser feliz cuando abarcas tanto espacio que el todo puede entrar dentro de ti.

Maitri Bhavana puede ser de gran ayuda.

2. La Oveja Disfrazada – Lo Que No Es Compasión

Un ciego no puede ayudar a otro ciego. Los que están dando tumbos en la oscuridad no pueden ayudar a los demás a encontrar la luz. Los que no conocen la inmortalidad no pueden ayudar a los demás a perder el miedo a la muerte. Los que no viven total e intensamente, aquellos cuya canción aún no sale del corazón, cuya sonrisa solo es una sonrisa pintada en los labios, no pueden ayudar a los demás a ser auténticos y sinceros. Los hi-. pócritas o farsantes no pueden ayudar a los demás a ser honestos.

Los que todavía no son ellos mismos, los que no saben nada de sí mismos, los que no tienen ni idea de su individualidad -y siguen perdidos en su personalidad, que es falsa y creada por la sociedad- no pueden ayudar a nadie a alcanzar la individualidad. Aun con las mejores intenciones, esto no es posible.

Si tu llama de la vida no está ardiendo, ¿cómo puedes encender las llamas apagadas de los demás? Tienes que estar ardiendo para lograr que los demás ardan. Tienes que ser rebelde para extender la rebelión a tu alrededor. Si estás ardiendo, si estás en llamas, puedes originar un gran fuego que se extienda más allá de tu vista. Pero antes tienes que estar en llamas.

El ciego que guía a otro ciego… el místico Kabir dice que ambos caen en el pozo. Sus palabras origínales son: Andha andham thelia dono koop padant. «Un ciego guiaba a otro ciego y ambos cayeron al pozo.»

Para llevar a un ciego al médico tienes que tener ojos, no hay otra posibilidad. Solo puedes compartir con los demás lo que tienes. Si eres infeliz, compartirás tu infelicidad. Y cuando dos infelices se juntan, no solo se dobla la infelicidad, sino que se multiplica. Lo mismo ocurre con tu dicha, con tu rebelión y con todas las experiencias.