Dicen que les pasa a algunos médicos.

– Está riquísimo, señora Leonor-toma la temperatura con la punta de la lengua, sorbe una cucharada Pochita-. Se parece mucho a lo que en la costa llamamos chilcano.

– ¿Estás tratando de tomarme el pelo, Brasileña? -arruga las cejas Pantaleón Pantoja-. Te advierto que ser un hombre serio no es ser un cojudo, no te equivoques.

– La diferencia es que todos los pescados de esta sopita son del Amazonas y no del Océano Pacífico-vuelve a llenar los platos la señora Leonor-. Paiche, palometa y gamitana. Uy, qué gustosa.

– Es usted el que se equivoca, no estoy tomándole el pelo sino haciéndole una broma-hace una caída de pestañas, quiebra la cadera, palpita los senos, modula la Brasileña -. ¿Por qué no me deja ser su amiga? Apenas le hablo se pone chúcaro, señor Pan-Pan. Cuidadito, mire que soy como los cangrejos, me encanta ir contra la corriente. Si me basurea tanto, me voy a enamorar de usted.

– Uf, pero qué calor da-se abanica con la servilleta, se toma el pulso Pochita-. Pásame el ventilador, Panta. Me ahogo.

– Ese calor no es del timbuche, sino del cadetito-le toca el vientre, le acaricia la mejilla Panta-. Debe estar bostezando, estirándose. A lo mejor es esta noche, chola. Buena fecha: 14 de marzo.

– Ojalá no sea antes del domingo-mira el calendario Pochita-. Que primero llegue la Chichi, quiero que esté aquí cuando el parto.

– Según mis cálculos todavía no has salido de cuentas-transpira, acerca la cara congestionada a las aspas susurrantes la señora Leonor-. Te falta lo menos una semana.

– Claro que sí, mamá ¿no has visto el organigrama de mi cuarto? Será entre hoy y el domingo-chupa las espinas de pescado, frota el plato con un pedazo de pan, toma agua Panta-. ¿Le hiciste caso al doctor, caminaste un poco hoy? ¿Con tu inseparable Alicia?

– Sí, fuimos hasta " La Favorita " a tomar un helado -resopla Pochita-. Oye, de veras ¿tú sabes qué es eso de Pantilandia, amor?

– ¿Eso de qué?-se inmovilizan las manos, los ojos, la cara de Pantita-. ¿Cómo has dicho, amor?

– Algo cochino, se me ocurre-recibe el aire del ventilador suspirando Pochita-. Unos tipos hacían chistes colorados en " La Favorita " sobre las mujeres de, oye, qué gracioso, ¡Pantilandia es como si viniera de Panta!

– Achis, hmmm, pshhh-se atora, estornuda, lagrimea, tose Pantita.

– Toma un poco de agua-le coge la frente, le alcanza un pañuelo, le alza los brazos la señora Leonor-.

Eso te pasa por comer tan rápido, siempre te lo digo. A ver, unos golpecitos en la espalda, otro trago de agüita.

SVGPFA

Instrucciones para los centros usuarios

El Servicio de Visitadoras para Guarniciones, Puestos de Frontera y Afines se permite hacerle llegar estas instrucciones, que, de ser estrictamente aplicadas, permitirán a su unidad aprovechar de manera racional y fructífera los servicios del SVGPFA y a este organismo cumplir su misión con eficacia y prontitud:

1. Apenas alertado por el SVGPFA de la llegada del convoy, el jefe de la unidad hará disponer los emplazamientos de las visitadoras, los mismos que deberán reunir las siguientes características: techados, no contiguos, dotados de cortinas que los protejan de miradas indiscretas y aseguren una luz pobre o penumbra y de mecheros o focos provistos de pantallas rojas o recubiertas de trapos o papeles de dicho color por si las prestaciones son nocturnas. Cada emplazamiento estará equipado de: camastro con colchón de paja o jebe, revestido de hule o lona impermeable y sabana; silla, banco o clavo para colocar las prendas de vestir; bacinica o recipiente que haga sus veces como balde o lata grande; lavador con su respectivo depósito de agua limpia; un jabón; una toalla; un rollo de papel higiénico- un irrigador con tripa y vitoque. Se sugiere añadir algún complemento estético femenino, como ramo de flores, grabado o dibujo artístico, para imprimirle una atmósfera atrayente. Aunque conviene que la unidad tenga listos los emplazamientos a la llegada de las visitadoras, para el arreglo de los mismos el oficial responsable puede asesorarse por el jefe del convoy, quien le brindará toda la ayuda necesaria.

2. El oficial responsable tomará las providencias para que el convoy permanezca en su unidad el tiempo estrictamente suficiente al cumplimiento de sus funciones y no lo prolongue sin razón. Desde su llegada hasta su partida los miembros del convoy deberán mantenerse dentro del recinto de la unidad, no permitiéndoseles en ningún caso tener contacto con el elemento civil de las localidades vecinas, ni dentro de la unidad alternar con los clases y soldados fuera del período

de la prestación. Antes y después de la misma, las visitadoras quedaran acuarteladas en sus emplazamientos y no podrán compartir los ranchos con la tropa, ni departir con los soldados, ni visitar las instalaciones de la plaza. A fin de que la presencia del convoy pase desapercibida del elemento civil de las cercanías, se aconseja impedir el ingreso a la unidad a toda persona ajena a la misma durante la permanencia en ella de las visitadoras. La unidad tiene obligación de proporcionar gratuitamente albergue y tres alimentos (desayuno, almuerzo y comida) a todos los miembros del convoy.

3. Se aconseja no anunciar a los clases y soldados la venida del convoy hasta la llegada del mismo, pues la experiencia ha demostrado que si la noticia se comunica con anticipación, cunde en la tropa una ansiedad y un nerviosismo que perjudica notoriamente el cumplimiento de sus obligaciones. Apenas llegado el convoy, el jefe de la unidad establecerá una lista de usuarios, exclusivamente entre clases y soldados, autorizando para ello a todos éstos a solicitar ser candidatos. Conocidas las candidaturas, procederá a eliminar de la lista a quienes padezcan cualquier enfermedad infecto contagiosa, y muy en especial de tipo venéreo (gonorrea, chancro) y a quienes domicilien ácaros, chinches, piojos, ladillas y demás variedades de anopluros. Se aconseja hacer pasar una visita médica a los candidatos.

4. Elaborada la lista de usuarios, se hará conocer de éstos a las visitadoras presentes y se los conminará a manifestar sus preferencias. Como, a juzgar por la experiencia, la elección espontánea nunca permite una distribución equitativa de usuarios por visitadora, el jefe de la unidad utilizará el método que crea mejor (sorteo, méritos y deméritos según foja de servicios) para dividir a los usuarios en grupos parejos por visitadora, teniendo en cuenta que cada una de éstas tiene el compromiso de asegurar un mínimo de diez prestaciones en cada unidad. Excepcionalmente, si el número de usuarios supera esa cifra, se romperá el principio de equidad y simetría atribuyendo un mayor número de usuarios a la visitadora más solicitada o menos fatigada del convoy.

5. Establecidos los grupos, se procederá a sortear el orden de ingreso de cada usuario en el emplazamiento y se instalarán controladores en la puerta de los mismos. El tiempo máximo por prestación es de veinte minutos. Excepcionalmente, en las unidades donde el número de usuarios no alcance a cubrir la cifra mínima laboral de las visitadoras (diez) se podrá extender el tiempo de la prestación a treinta minutos pero en ningún caso más. En las instrucciones previas, se debe advertir a los usuarios que la prestación será del tipo considerado normal, no estando obligada la visitadora a satisfacer ninguna demanda de carácter insólito o aberrante, fantasías antinaturales, perversiones o caprichos fetichistas. No se permitirá a ningún usuario repetir la prestación ni con la misma ni con diferente visitadora.

6. A fin de distraer y preparar a los usuarios mientras se hallan esperando turno para entrar al emplazamiento, el jefe del convoy les distribuirá material impreso adecuado, de carácter fotográfico y literario, el mismo que deberá ser devuelto a los controladores al ingresar el usuario donde la visitadora y en el mismo estado que lo recibió. La destrucción o el deterioro de grabados y textos serán sancionados con multas y privación de futuras prestaciones del SVGPFA.