Y Wang Lung contestó pesadamente:
– Si, vámonos.
Pero miró hacia los campos, contemplando las pequeñas siluetas de los hombres que se alejaban, y murmuró una vez y otra:
– Por lo menos, tengo la tierra… tengo la tierra,…
Y Wang Lung contestó pesadamente:
– Si, vámonos.
Pero miró hacia los campos, contemplando las pequeñas siluetas de los hombres que se alejaban, y murmuró una vez y otra:
– Por lo menos, tengo la tierra… tengo la tierra,…