Rosie: Alex, ¿estás ahí?

Rosie: ¿Alex?

Alex: Esto… perdona, pero en realidad Alex no está on-line.

Rosie: Ja, ja, ja. Muy bien, ¿pues por qué veo su nombre en mi pantalla y le estoy escribiendo?

Alex: No le estás escribiendo. Me he conectado usando el ordenador de su casa. Supongo que su nombre aparece automáticamente en el tuyo. Nunca he acabado de saber cómo funciona este chisme, es curioso. Perdona, no sabía que le estabas buscando.

Rosie: ¿¿Qué?? ¿¿¿Te crees que largo el rollo sobre mi vida privada a todos los desconocidos de la red??? ¿Quién eres?

Alex: Bethany.

Rosie: ¿Bethany?

Alex: Bethany Williams. ¿Te acuerdas de mí?

Rosie: ¡¿Qué demonios haces en el ordenador personal de Alex?!

Alex: Ay, lo siento, ahora lo entiendo. Alex no te lo ha contado, ¿verdad? Pensaba que vosotros dos os lo contabais todo. Pero descuida, ya le pasaré todos tus mensajes. Son muy divertidos. Buena suerte con el nuevo empleo, Rosie. Dejaré que sea Alex quien te explique todo esto. Por cierto, Alex ahora trabaja con mi padre. Se gana muy bien la vida, las cosas le van bien. A lo mejor, si estás tan apurada de dinero, podría prestarte algo.

ROSIE se ha desconectado.

Capítulo 35

Bienvenidos al salón de charla de los Alegres Dublineses Divorciados. En este momento hay cinco personas on-line.

AMAPOLA se ha conectado.

Divorciada_I: ¡Mándalo a la mierda!

Amapola: Hola a todos.

FlorSilvestre: ¡Eso es! ¡Ésta es mi Divorciada_I!

Insegura: Ya lo sé, Divorciada_I, pero ése es justamente el problema que tengo ahora, ¿no? Ya no puedo mandarlo a la mierda, se ha ido. No tendría que haber dejado que se fuera. Ay, todo es culpa mía.

Amapola: Esto… hola a todos. ¿Funciona esto? ¿Podéis leer lo que escribo?

Divorciada_I: Corta el rollo, Insegura. Estoy harta de oír cómo te quejas noche tras noche. ¿Por qué va a ser culpa tuya? ¿Lo metiste en el coche y lo llevaste hasta la habitación del hotel? ¿Le bajaste los pantalones hasta los tobillos y lo tumbaste encima de ella en la cama?

Insegura: ¡Para, por favor, Divorciada_I! ¡Para! ¡Para! ¡Para! ¡No, no lo hice!

DamaSolitaria: Venga, déjala en paz. No es preciso ser tan gráfica.

Divorciada_I: Oye, sólo intento ayudar. Si no hiciste ninguna de esas cosas, ¿por qué diablos tiene que ser culpa tuya?

Amapola: No estoy segura de que esto esté funcionando. ¿Hola? ¿Hay alguien? Maldito ordenador. ¿Alguien puede contestarme?

Insegura: Bueno, puede que sin querer le presionara para que se esforzara más en el trabajo. Ya sabéis lo cara que está la vida últimamente y los niños no paran de pedir más, más y más, Iban a volver al colegio y los uniformes y los libros siempre son muy caros y yo no paraba de decirle que necesitábamos dinero porque íbamos muy justos y no estoy segura, pero a lo mejor fue culpa mía, ¿entiendes?

DamaSolitaria: Venga, Insegura, por favor…

FlorSilvestre: Ya he oído bastante por esta noche.

Divorciada_I: Oye, olvídate de él y punto. Es un cabrón y no hay más. Mándalo a la mierda.

Amapola: Bueno, no sé si a las demás les importa, pero tu marido sólo pensaba en una clase de trabajo esa noche y no tenía nada que ver con hacer horas extras en la oficina.

FlorSilvestre: ¡Vaya! ¡Bienvenida, Amapola!

Divorciada_I: Tienes razón, Amapola, que se vaya a la mierda.

Insegura: ¿Estás segura, Amapola?

DamaSolitaria: Me inclino a estar de acuerdo con las demás, Insegura. Bienvenida, Amapola. ¿Quieres chatear?

FlorSilvestre: Por favor, DamaSolitaria, cada vez que le preguntas a un visitante si quiere chatear lo asustas y se va corriendo. Parece que quieras hablar de guarradas o algo por el estilo.

DamaSolitaria: Perdón, ya sabes que no es mi intención. Tengo la mala costumbre de asustar a todo el mundo.

FlorSilvestre: ¿Cuáles son tus datos, Amapola?

Amapola: ¿Mis qué?

Divorciada_I: Eh, atención chicas, es una virgen del chateo.

FlorSilvestre: Tus datos, magdalena: edad, sexo, esas cosas.

Amapola: Bueno, tengo treinta y dos, soy mujer, tengo una hija de trece años y estoy felizmente divorciada.

FlorSilvestre: ¡Madre mía!

Divorciada_I: Enhorabuena, cielo. Mándalo a la mierda, es lo que digo siempre.

Insegura: Amapola, ¿quién tuvo la culpa del fracaso de vuestro matrimonio? ¿Tú o él?

FlorSilvestre: No le hagas caso, Amapola. Vive inmersa en la culpa.

Amapola: No pasa nada, está bien. Fue cien por cien culpa de él.

Divorciada_I: Quelle surprise.

DamaSolitaria: Al menos tienes una hija, Amapola, y no te quedaste sola. Mi marido, es decir, mi ex marido, me abandonó antes de que tuviéramos ocasión de fundar una familia. Creo que no me habría resultado tan duro si hubiésemos tenido hijos. Así al menos no me sentiría tan…

Divorciada_I: Sola, ya lo sabemos. Pero tienes que saber que es más duro con hijos. Por desgracia mis retoños son la viva imagen de mí marido y cada vez que los miro me vienen ganas de estrangularlos. ¿Tus hijos se parecen a tu ex, Insegura?

Insegura: Sí y no. Hay gente que dice que sí y gente que dice que no. En realidad no estoy muy segura…

FlorSilvestre: No seamos groseras, chicas, y presentémonos a Amapola. Tengo treinta y seis años, cinco hijos y mi marido me abandonó el año pasado.

Amapola: Vaya, qué espanto. Lo siento.

Divorciada_I: ¡Ja! No lo sientas, magdalena. Ese hombre tenía motivos para largarse. Ella se acostaba con el jardinero.

Amapola: ¡Oh!

FlorSilvestre: Venga, por favor, como si vosotras nunca hubieseis pensado en hacer lo mismo.

Insegura: En mi casa había jardinera.

FlorSilvestre: No me refería a eso.

DamaSolitaria: Nunca le habría hecho algo así a mi Tommy. Nunca.

Divorciada_I: Hola, Amapola. Tengo cuarenta y nueve, cuatro hijos y mi ex marido se tiraba a su secretaria. El muy cabrón.

Amapola: ¿Y tú, DamaSolitaria?

DamaSolitaria: Tengo veintisiete, me casé el año pasado, pero mi Tommy me abandonó. No soportaba la vida de casado, me dijo. De repente un buen día se fue y me dejó… sola.

Amapola: ¿Y tú, Insegura?

Insegura: Tengo treinta y seis, tres hijos y técnicamente no estoy divorciada. Seguimos viviendo juntos… ¿Y tú, Amapola, por qué rompisteis tú y tu marido?

Amapola: Se veía con varias mujeres distintas con cierta frecuencia y yo no me enteraba de nada.

Divorciada_I: Cabrón.

FlorSilvestre: Bueno, yo soy de las que piensan que venimos al mundo para tener tantos compañeros de juegos sexuales como podamos.

Divorciada_I: Cierra el pico, hippy de new age.

FlorSilvestre: No hago ningún mal manifestando mis opiniones personales. No recuerdo haber criticado las tuyas.

Divorciada_I: Eso es porque siempre tengo razón. Dinos, Amapola, ¿te quedaste con la casa?

Amapola: No, salí por piernas de allí. Me largué porque quise.

Divorciada_I: A mí me jodieron con el acuerdo del divorcio. Mi ex se quedó la casa de vacaciones y yo con la custodia de los niños. Lo que yo daría por poder disfrutar de unos meses de paz y tranquilidad tomando el sol.

DamaSolitaria: Yo me quedé la casa y eso significó que tuve que quedarme aquí sola con todas esas habitaciones llenas de recuerdos.

Divorciada_I: Eh, ya basta, Solitaria. Pareces un disco rayado, hoy.

DamaSolitaria: ¿Qué? Yo me habría quedado con Tommy aunque resultara ser un mierda. No me importaría, sólo quiero que vuelva.

FlorSilvestre: Ni caso. Está desequilibrada. La mejor manera de dejar atrás a un hombre es ponerse delante de otro. Todas lo sabemos.

Insegura: No estoy segura de que sea una actitud correcta. Yo, desde luego, no tengo intención de compartir cama con otro que no sea mi marido.

Amapola: No lo entiendo, Insegura. ¿Seguís casados?

Insegura: Técnicamente no estamos divorciados. El duerme en nuestro dormitorio y yo en la habitación de invitados.

FlorSilvestre: Insegura, ¿dejaste que te enviara al cuarto de invitados siendo él quien te ponía los cuernos?

Insegura: ¿Hice mal? No estoy muy segura. Todo esto es nuevo para mí…

DamaSolitaria: No me importaría que Tommy y yo no pudiéramos dormir en la misma cama. Me conformaría con tenerlo en casa conmigo.

Divorciada_I: Dios bendito, ¿es que no os he enseñado nada, señoras? En fin, Amapola, ¿dónde vives ahora si el cabronazo se quedó con la casa?

Amapola: Uy, esto os parecerá un poco extraño, pero en estos momentos vivo en casa del padre de mi hija.

Insegura: Tal como debe ser, me parece a mí.

DamaSolitaria: ¡Pero bueno, qué maravillosa historia de amor!

Amapola: No, no, no, no. No me malinterpretéis. No hay ni una pizca de amor en esta historia. De hecho, le odio.

FlorSilvestre: Te quejas demasiado.

Amapola: Sí, es verdad, y si le conocierais haríais lo mismo.

Divorciada_I: Yo no estaría tan segura. Desde que esta mujer cumplió los sesenta se desayuna un hombre cada día.

Amapola: Este no, te lo aseguro, a no ser que confundiera su cabeza con un huevo duro.

Insegura: Oye, Amapola, ¿por qué has elegido este nombre?

Amapola: Ah, es el apodo con el que me llama mi mejor amigo. Cuando teníamos seis años hicimos una obra en el colegio y yo era la Princesa Amapola y él era el Príncipe Rayo de Luna. Me ha llamado así desde entonces.

Divorciada_I: ¿¿Seguís en contacto después de veintiséis años??

Amapola: Sí, somos amigos íntimos.

Divorciada_I: ¿Eres amiga íntima de un hombre? ¿Alguna vez te has acostado en él?

Amapola: Sólo cuando de niños pasábamos la noche juntos en una de nuestras casas.

Divorciada_I: ¿Es gay?

Amapola: No, qué va.

Insegura: Bueno, me parece precioso. Quiero decir que yo perdí contacto con mis amigos del colegio en cuanto me casé. Leonard detestaba que tuviera amigos varones.

DamaSoIitaria: Cuando me vine de Belfast a Dublín con Tommy dejé atrás a mi familia y mis amigos y ahora que Tommy se ha ido, mis amigos están en el norte y yo…

Divorciada_I: Estás sola. Ya pillamos el mensaje. Amapola, ¿tu amigo está soltero, a qué se dedica, dónde vive y, por último, está buscando a una casi cincuentona con cuatro hijos? Los hijos puede quedárselos o no, me da igual.

Amapola: No, desgraciadamente no está soltero.

FlorSilvestre: ¿Por qué «desgraciadamente»?

Amapola: Porque ella es una auténtica bruja. Es su primer amor de cuando teníamos dieciséis años. Entonces la odiaba y ahora la sigo odiando. Además, él ha acabado por trabajar con el padre de ella en Boston, ni más ni menos, y supongo que su amor se reavivó.