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CARTA XXI. EL MUNDO.

Una visión inesperada apareció ante mí. Un círculo no distinto de a guirnalda tejida del arco iris y de los relámpagos, girando desde cielo a la tierra con una estupenda velocidad, cegándome a través de su brillantez. Y en medio de esta luz y fuego, escuchó música y un suave cantar, truenos y el rugido de una tempestad, el estruendo de montañas que caen y terremotos.

El círculo giró con un ruido aterrorizante, tocando el sol y la tierra, y, en el centro de él vi la figura desnuda, que bailaba de una hermosa mujer joven, envuelta por una luz, bufanda transparente, en su mano ella sostenía una varita mágica.

Se presentaron las cuatro bestias apocalípticas que comenzaron a aparecer sobre los bordes del círculo; una con la cara de un león, otra con la cara de un hombre, la tercera, de un águila y la cuarta, de un toro.

La visión desapareció tan repentinamente como apareció. Un extraño el silencio cayó en mí. ¿"Qué significa esto?" Pregunté maravillado.

"Es la imagen del mundo," dijo la voz, "pero esta puede ser entendida solamente después que se ha entrado al Templo. Esta es una visión del mundo en el círculo del Tiempo, en medio de los cuatro principios. Pero lo ve diferente porque vio el mundo externo a usted. Aprenda ver esto en usted mismo y entenderá la infinita esencia, oculta en todas las formas ilusorias. Entienda que el mundo que usted conoce es solamente uno de los aspectos del mundo infinito, y las cosas y los fenómenos son simplemente jeroglíficos de ideas más profundas."