Querido:

Esta mañana he recibido una visita de lo más extraña. Una señora llamó a mi puerta y se coló en mi casa sin que yo la invitara a pasar. Dijo que las damas de la catequesis están haciendo una colecta para los niños pobres. Me pedía colaborar, sabe que yo no voy nunca a esas reuniones, esas damas me ponen verde a la menor ocasión, me lo ha dicho tu madre, pedían un pequeño donativo.

Qué niño más mono, me dijo, a quién se parece, desde luego se me parece mucho a alguien pero no sé a quién. Le di un poco de dinero para que se marchara. Miró al niño, y me miró a los ojos, con una mirada que me heló por dentro.

No he dejado de pensar en esto durante todo el día.

Creo que es algo parecida a tu mujer, menos mal que la conozco, si no habría creído que era ella porque un poco sí se le parece.

Tuya.