Conozco varios casos en que desaparecieron los hijos o algún familiar de mis clientes. Al poco tiempo, mis clientes llamaron a la policía. Hablaron primero con el Departamento de Demandas.

Puesto que no existían pruebas de secuestro o juego sucio fueron enviados al Departamento de Personas Extraviadas, de la Sección de Investigación. Allí les pidieron una descripción física muy completa junto con toda una serie de características especiales de la persona extraviada. Después les dijeron que esperaran.

En el Departamento de Personas Extraviadas se ordenó una búsqueda de la persona en todos los depósitos forenses, hospitales y cárceles. Este mismo Procedimiento se seguiría en el caso de Sharon Fields. Al no encontrarla, lo único que conseguirían las personas allegadas a Sharon Fields es que la policía la buscara de forma rutinaria.

Mientras no hubiera alguna prueba de la comisión de un delito, la policía no estaría autorizada a hacer ninguna otra cosa. Como es natural, es posible que en este caso la reacción fuera distinta dado que la señorita Fields es un personaje mundialmente famoso.

– De eso se trata precisamente, Leo -Le interrumpió Malone-. La policía no intervendrá, justamente porque Sharon es una actriz cinematográfica.

No se tomará en serio una denuncia de desaparición. En la policía no son tontos Conocen el pasado de Sharon.

También saben que está a punto de estrenarse la gran película de Sharon "La Prostituta real". Una denuncia de desaparición les parecerá una estratagema publicitaria.

Es más, se trata de uno de los trucos más viejos que existen con vistas a aumentar el éxito de taquilla. De eso puedes estar seguro.

No debemos temer que se mezcle en ello la policía. Y, aunque lo hiciera ¿cómo empezaría a buscarla?

– Tienes razón -dijo Yost-. Estamos totalmente de acuerdo en que éste será el menos importante de nuestros problemas.

Malone se levantó del sillón y se desperezó.

– Me parece que ya lo hemos analizado todo. Nos hemos planteado todas las preguntas posibles. Sabemos qué vamos a hacer en cada caso.

Es necesario que les demos una respuesta y solucionemos todos los problemas en el transcurso de las tres o cuatro semanas siguientes.

Yo sugiero que sigamos con nuestras ocupaciones y nos reunamos dos veces a la semana como mínimo para concretar los detalles definitivos. ¿Todos de acuerdo?

Todos se pusieron en pie y se mostraron de acuerdo.

Shively extendió la mano para tomar a Brunner del brazo.

– Oye, Leo, antes de que nos separemos, una última pregunta. ¿Sabes eso de los impuestos sobre la renta de Sharon Fields que nos has leído antes?

– Pues, sí.

– Hay una cosa que no nos has dicho. Me pica la curiosidad a propósito de una mujer como ésta. ¿Cuánto ganó el año pasado?

– ¿Ganar? -preguntó Brunner colocando la cartera de ejecutivo sobre la mesa, abriéndola y extrayendo el informe del SII-. ¿Te refieres a los ingresos brutos o bien a los ingresos imponibles?

– Dime en cristiano cuánto cobra por tener la pinta que tiene.

– Bueno -dijo Brunner pasando las hojas del formulario del SII-, las ganancias de la señorita Fields -sus ingresos brutos correspondientes al último año fiscal-fueron de un millón doscientos veintinueve mil cuatrocientos cincuenta y un dólares con noventa centavos.

– Bromeas -dijo Shively parpadeando.

– Mira, Shively, la señorita Fields ganó este año más de un millón y cuarto de dólares.

Shively soltó un prolongado silbido.

– Demonios -dijo al final, y miró a cada uno de los demás con una sonrisa de oreja a oreja-.

¿Qué os parece, muchachos? No sólo vamos a disfrutar del más deseado trozo de carne de la historia, sino que encima vamos a gozar de balde de la mujer más cara de la tierra.

¿Cuánto dices que tardaremos, Adam? ¿Sólo cinco semanas? Me estoy muriendo de impaciencia.

Siempre he deseado acostarme con una mina de oro. No hago más que preguntarme que cómo va a ser.

"Cuaderno de notas de Adam Malone -del 18 de mayo al 24 de mayo":

En un libro de segunda mano que adquirí, titulado "Más rojo que la rosa", escrito por Robert Forsythe, encontré la siguiente cita atribuida al autor teatral Robert E. Sherwood: "Imaginaos el apuro de una heroína de Hollywood, una belleza no excesivamente complicada que ha ascendido súbitamente a una vertiginosa cima y todavía se siente perpleja.

Se despierta en mitad de la noche pensando: "En estos momentos me están sometiendo a violación imaginaria innumerables hordas de yugoslavos, peruanos, birmanos, abisinios, curdos, latvios y miembros del Ku Klux Klan".

¿Acaso es de extrañar que a una muchacha que se encuentre en tal situación le resulte difícil llevar una vida normal y que su sentido del equilibrio sea algo inestable?" He estado pensando en ello en relación con Sharon Fields.

A primera vista nos ofrece una panorámica de las vidas de muchas hermosas y jóvenes actrices cinematográficas que se han convertido en símbolos sexuales internacionales.

Y tiende a explicarnos su confuso e insólito comportamiento público.

Pero en mi calidad de persona versada en la psicología de Sharon Fields, no creo que dicho comentario pueda aplicar a ésta. La conclusión por lo menos, no.

Es posible que Sharon se despierte a veces en mitad de la noche consciente de que millones de hombres de todo el mundo, enamorados de su deslumbrante imagen cinematográfica, la desean y en lo más profundo de sus pensamientos la someten a una violación imaginaria.

Pero, por lo que a mí me consta, ni esta situación ni el hecho de ser ella consciente de la misma han influido jamás en su sentido del equilibrio.

Es tan mentalmente equilibrada como cualquier otra joven de la tierra que sepa que resulta atractiva para los hombres y acepte este hecho como un accidente natural de la misma manera que acepta otras cualidades naturales como puedan ser la inteligencia, el ingenio o la serenidad.

En algunas ocasiones pasadas Sharon se ha comportado en público de forma extravagante o impulsiva, pero yo creo que ello se ha debido a que se ha negado a convertirse en una imagen irreal.

Quiere ser ella misma, no lo que creen los demás que es.

Por eso se rebela de vez en cuando.

Quiere afirmar su independencia y lo que efectivamente hace es decirle a la gente "yo soy yo".

Esta opinión mía la corrobora el hecho de haber ella declarado atrevidamente en público que prefiere a los hombres como nosotros y no ya a las deslumbrantes figuras con las que suelen asociarla.

A cada día que pase y a medida que avanza nuestro plan me voy sintiendo progresivamente más cerca de Sharon Fields tal como debe ser.

Porque a cada paso que damos me voy acercando más a ella.

Desde aquella decisiva reunión del Club de los Admiradores del sábado 17 de mayo en la que nos propusimos superar los problemas enumerados en la lista, nuestro proyecto ha abandonado el reino de los deseos y ha empezado a formar parte del reino de la realidad.

En lugar de atenernos a nuestra anterior costumbre de celebrar ocasionales y prolongadas reuniones, hemos empezado ahora a reunirnos con mayor frecuencia pero durante menos tiempo al objeto de facilitarles las cosas a los dos casados.

Además, nos está empezando a gustar eso de reunirnos más a menudo.

Puesto que nos proponemos un objetivo común, ha nacido entre nosotros un auténtico sentimiento de camaradería.

Y lo más significativo es que, en esta compleja maniobra, todo se está ensamblando perfectamente.

Repasaré brevemente nuestras actividades desde el pasado domingo hasta hoy, que estamos a sábado.

Nos hemos reunido dos veces, una en mi apartamento y la otra en el despacho del Perito Mercantil.

(Seré discreto al referirme a cada una de las personas y utilizaré un "nom de guerre" para designar a cada uno de los participantes en esta operación conjunta.) En resumen, éstos han sido los resultados de la pasada semana.