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El veinte de agosto de 1507 fue el día de su destino. Después de su baño matinal en el río, Nanak se sentó a meditar y escuchó la llamada de Dios. Después de tres días sumido en profunda meditación Nanak volvió a este mundo sorprendiendo a todos, pues le creían ahogado en el río. Dejó su puesto y distribuyó sus bienes entre los pobres, y tan sólo con sus vestiduras de kashaya como sannyasi, partió a pie acompañado por su fiel Mardana.

En su primer viaje (1507-1515) El Baba y Mardana visitaron Aimanabad. Allí fueron recibidos por un rico de la casta más alta, Molak Bhago, e invitados a una fiesta; y Nanak comenzó su ministerio rompiendo los prejuicios de la casta acudiendo a casa de Lalo, un pobre carpintero y sudra, y pasó la noche en su compañía cantando bhajans al Señor.

Cuando Bhago, a la mañana siguiente, protestó por su conducta, el Guru le dijo que su pan estaba impregnado de la sangre de los pobres oprimidos, y dicho y hecho, tomó una

hogaza de pan de la casa del rico y otra de Lalo; partió ambas y de una brotó sangre y de la otra la leche de la bondad humana.

Partieron siempre juntos hacia Haridwar para la luna llena de Vaisakhi. Y viendo a los hindúes arrojar en las celebraciones agua hacia el Este en nombre de sus antepasados,

el Baba comenzó a echarla hacia el Oeste. Cuando fue interpelado sobre su extraño proceder, replicó: "Estoy regando mis campos resecos de Talwandi". Todos se rieron de él, pero Nanak respondió que si el agua podía llegar hasta sus antepasados, indudablemente podía llegar hasta sus campos que, al fin y al cabo, se hallaban más cercanos. De esta manera el Baba ridiculizó sus ritos supersticiosos.

Prosiguiendo su camino hacia el sureste, los dos viajeros se encontraron a un grupo de yoguis a los que Nanak reveló la experiencia de la verdadera religión, y fue adorado por ellos.

Cerca de pilibhit se sentó bajo un árbol seco de pipul y éste reverdeció. Luego visitaron Ayodhya y Prayag y llegaron a Kasi (Varanasi), donde el Guru habló contra la idolatría

ante varias sectas e indujo al Pandit Chatur-das a abandonar su culto al saligram, revelándole el conocimiento de la verdad. En Gaya mostró la necedad de alegrarse ante el nacimiento de un niño cuando días más tarde la risa se tornó en llanto ante su muerte.

Permaneció cuatro meses en Patna con Salas Rai Janhari y luego visitó Gorakhpur, donde quizá se hallaba Kabir en ese tiempo (pues éste murió en Maghar en fechas muy próximas).

Después de aquí se fue a Assam en el extremo noroeste de India. En algún lugar de esta remota región, en Kamarup, la reina Nursharir intentó repetidamente incitarle con sus malicias pero ella misma fue convertida y, arrepentida, se hizo una devota de Nanak. También se dice que en un lugar solitario, Kaliyug, el espíritu del deseo mundano le tentó ofreciéndole palacios de perlas y reinos tan grandes como el mundo, pero Nanak se burló de él.

Bajaron luego hacia la vecina Bengala, donde en un pueblo los dos amigos fueron recibidos con insultos y arrojados del lugar. Al partir, Guru Nanak bendijo el lugar, deseándole prosperidad.

En otro pueblo fueron recibidos con amor y hospitalidad y Mardana quedó estupefacto cuando su Maestro predijo que aquel lugar sería arrasado. Cuando fue interrogado por su conducta, Nanak respondió: "Cuando estas gentes se diseminen por el país en busca de cobijo, por su piedad y devoción muchos miles serán salvados".

Siguieron hacia el sur del Brahmaputra y tomaron un barco hasta Puri. Allí acudieron a cantar el Arti vespertino al gran templo. Nanak, mientras todos cantaban en pie, se mantuvo sentado y cantó su propio himno. Luego que hubo concluido comenzó a dar Satsang en el templo; todos estaban maravillados y reconociéndole se postraron ante él pidiéndole su divino Conocimiento. Un cierto brahmín, celoso de Nanak, le apostrofó duramente en público y el Baba, jugando, le escondió su Lotha y todos se rieron cuando el brahmín. Urgido por una inaplazable necesidad, la buscaba en vano.

Continuaron luego por tierra y mar hacia Rameswaram donde satirizó a los Jainas del sur y mediante el Satsang hizo su devoto a un brutal reyezuelo de una pequeña isla del

camino.

De Rameswaram cruzó el mar hacia Ceilán donde hizo flolecer el jardín yermo del Raja Shri Nabhi, convirtiéndole en su devoto tras innumerables y durísimas pruebas.

Volviendo a India subieron por la costa oeste hacia las orillas del Narbada, donde Nanak compuso su Raga Dakhani Oamkar en un templo de Shiva y convirtió a un grupo de bandidos thags. Siguieron hacia el oeste y visitaron Somnath y Dwaraka, donde Krishna reinó una vez, y retornaron a casa a través del desierto de Bikaner.

Fue en este desierto donde Mardana, acuciado por el hambre y la sed, le puso a Nanak la condición, para continuar a su lado, de que fuera alimentado de la misma forma que él (el Baba se alimentaba sólo de Néctar divino, el cual bebía en meditación). Nanak asintió y le reveló el Conocimiento supremo del Néctar de la inmortalidad y del Santo Nombre.

Luego llegaron a Ajmer y visitaron al gran devoto vaishanava Bhakta Dhannaji en Pushkara, tras lo cual arribaron a Mathura y por último a Vindravan, donde viendo a unos actores bailando el Krishna Lila con simulada emoción. Nanak satirizó su espectáculo y sus miras a sacar el dinero del devoto.

En Delhi hizo revivir a un elefante muerto, pero cuando el emperador Sikandar Lodi le ordenó repetir el milagro para su entretenimiento, el Baba lo hizo morir de nuevo diciendo: "Es sólo Dios quien destruye y da la vida ".

En la tumba de un santo musulmán en Panipat, fue bienvenido con el usual saludo "¡Assalam aleikum! " (la paz sea contigo). Y Nanak replicóles “¡Salam Alekh!" (gloria al Señor invisible). Los sufis que se hallaban en la tumba quedaron sorprendidos ante un visitante tan inusual y con gran respeto le preguntaron quién era. Nanak les respondió hablándoles del Conocimiento del Santo Nombre y de la necesidad de conocerle. Luego todos los presentes fueron iniciados por el Guru.

En su camino de vuelta a casa visitó a su hermana Nanaki y a su esposo Jairam en Sultampur y luego acampó cerca de Talvandi, su ciudad natal, donde vio a sus afligidos padres, prometiéndoles que pronto serían reconfortados. Posteriormente el Baba partió hacia Lahore como invitado del rico Dunichand para la ceremonia del Shraddha de su padre, aprovechando la ocasión para ridiculizar tales ritos y convertir a los asistentes en sus devotos.

En Pathandi convirtió a muchos pathanes y luego visitó a su esposa e hijos en Batala a las orillas del río Beas: a su tío le predijo que el emperador Babar conquistaría muy pronto todos los reinos pathanes en India.

Por último y después de ocho años de recorrer el país, cuando tenía 46 años, se estableció en Kartarpur en enero de 1516 y consoló a sus ancianos padres trayéndoles a vivir con él.

Después de dos años de descanso en Kartarpur, el Baba y Mardana partieron hacia Uttarkhan, donde el Guru convirtió a un grupo de siddhas y yoguis, revelándoles lo que el verdadero yoga significa. Luego, tras una breve visita a Kartarpur para consolar a sus padres, y después de pasar por Pasrur y Eminabad, se encaminaron a Sialkot. Aquí hizo devoto a un pandit, por nombre Brahma-das, el cual, después de varias pruebas le entregó su vida, haciéndose su discípulo.

Luego el Guru visitó Shri Nagar y cruzó las montañas hacia el monte Sumeru, en el corazón de los Himalayas, donde el Señor Shiva tiene su morada. Siguió después hasta

Pathankot, donde visitaron a un famoso santo musulmán, Sheik Mian Mitha, con el que Nanak mantuvo una conversación en verso en la que le convenció de que sólo el Nombre de Dios es verdad y ningún profeta o santo puede enseñar a nadie sin conocer este Sagrado Nombre. El Sheikh cayó a sus pies y le fue revelado el Conocimiento del Nombre real.

De aquí regresaron a Kartarpur.