Padre Nuestro que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre, vénganos el Tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánoslo hoy, y perdona nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal, amén. Pero no puedo conformarme, no puedo, Jesús, porque él no tuvo culpa de nada, fue todo por culpa ajena, mi hermano era bueno, y ahora estamos solas mamá y yo, y cuando una enfermedad viene por voluntad del destino es distinto, pero cuando viene porque alguien lo provoca entonces yo no me puedo conformar: si aquélla no lo hubiese tentado y tentado… esto no habría sucedido. Jesucristo, yo pido que se haga justicia, que esa mujer tenga su merecido ¡un muchacho débil, resfriado, y ella lo hacía quedar en ese portón horas y horas, hasta la madrugada, lo hacía quedar con sus malas artes! yo pido que pronto esa mujer tenga su merecido, porque si no no voy a poder seguir viviendo, del odio que le tengo, y también estoy segura de que fue por ella que él robó en la Intendencia ¡se lo habrá pedido ella! para escaparse con él, por eso habrán fingido pelearse y que nunca se me cruce en mi camino porque no respondo de mis actos ¡que el cielo no lo permita! ¡no quiero saber dónde está, si vive o está muerta! pero que no se me cruce en mi camino porque la voy a despedazar…