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— Pero las consortes estбn a favor de descentralizar el hautgenoma… supongo.

— Claro. La propia Seсora Celestial las designу como consortes.

— Y…? Emmmm… Y rotan cada cinco aсos con los gobernadores? O el cargo se concede independientemente?

— El puesto es vitalicio, y sуlo una orden directa de la Seсora Celestial puede cambiar eso.

Entonces, sн Rian conseguнa captarlas para su bando, las consortes podнan ser unas aliadas poderosas en el corazуn del campo enemigo. Pero Rian no se atrevнa, claro, porque tal vez una de ellas tambiйn era traidora. Miles recitу mentalmente una ristra de tacos.

— El imperio — seсalу— es la base de los haut. No creo que no valga nada, ni siquiera desde un punto de vista genйtico. La proporciуn de… presas y predadores es… bueno, elevada…

Ella no sonriу con esa broma zoolуgica. Bueno, probablemente no valнa la pena ofrecerle una funciуn de sus versitos recitados. Miles lo intentу de nuevo.

— Seguramente la emperatriz Lisbet no querнa fragmentar la base de los haut.

— No. No tan deprisa. Tal vez ni siquiera en esta generaciуn — admitiу ella.

Ah. Eso tenнa mбs sentido: ese cбlculo de tiempo casaba con el estilo de una anciana hautlady.

— Pero ahora el complot estб en manos de otra persona, con otros propуsitos. Una persona con metas personales de corto plazo, alguien que ella no habнa previsto. — Miles se humedeciу los labios y prosiguiу-. Creo que los planes de la Seсora Celestial se han fracturado por el eslabуn mбs dйbil. El Emperador protege el control de las hautmujeres sobre el hautgenoma; a cambio de esa protecciуn, ustedes le dan legitimidad. Apoyo mutuo en interйs de ambas partes. Los gobernadores de satrapнas no tienen esos intereses. No se puede dar poder y retenerlo simultбneamente.

Los labios exquisitos de ella se abrieron en un gesto de preocupaciуn, pero no lo negу.

Miles respirу hondo.

— En los intereses de Barrayar no figura que Slyke Giaja triunfe en su deseo de tomar el poder. Por ahora, estoy a su servicio en eso, milady. Pero a Barrayar tampoco le conviene que el Imperio de Cetaganda se desestabilice, como querнa su emperatriz. Creo que sй cуmo impedir que el complot de Slyke se lleve a cabo. Pero a cambio, usted tendrб que abandonar su intento de cumplir con la misiуn que le impuso su seсora. — Cuando ella lo mirу, atуnita, Miles agregу con voz dйbil-: Al menos, por ahora.

Cуmo… cуmo impedirнa usted el complot del prнncipe Slyke? — preguntу ella lentamente.

— Penetrando en la nave del gobernador y recuperando la Gran Llave, la verdadera. Sustituyйndola con la falsa, si es posible. Con un poco de suerte, ni siquiera se darб cuenta del cambio hasta que vuelva a su planeta y entonces, quй podrб hacer al respecto? Usted entrega la Gran Llave a la sucesora de la emperatriz, y asunto zanjado. Ninguna de las dos partes puede acusar a la otra sin incriminarse. Creo que serнa la mejor salida, dadas las circunstancias. Cualquier otra cadena de acontecimientos lleva directo a un desastre. Si no tomamos cartas en el asunto, el complot darб frutos dentro de ocho dнas y Barrayar quedarб involucrado. Si yo trato de cambiar la Llave y no lo consigo… bueno, yo dirнa que las cosas ya no pueden ir a peor.

Estбs seguro de eso?

— Cуmo lograrнa abordar la nave de Slyke?

— Tengo un par de ideas. Las consortes de los gobernadores… y sus ghemladies y las servidoras…, pueden salir y entrar en la уrbita libremente?

Se tocу el cuello con su mano de porcelana.

— Mбs o menos, sн.

— Consiga una lady con acceso legнtimo, preferentemente alguien que no sea demasiado conspicua. Esa persona puede llevarme hasta la nave. No me estarнa llevando a mн, por supuesto, yo tendrнa que disfrazarme de alguna forma. Cuando estй a bordo, me las arreglarй solo. Pero… tenemos un problema de confianza. En quiйn podrнa confiar? No creo que usted misma…?

— Hace… aсos que no abandono la capital.

— Entonces, el movimiento serнa demasiado evidente. Ademбs, seguramente Slyke Giaja la estб vigilando. Y la ghemlady que enviу a buscarme en la fiesta de Yenaro?

Rian tenнa una expresiуn decididamente preocupada.

— Alguien de la corte de la consorte serнa la mejor opciуn — dijo, sin convicciуn.

— La alternativa — seсalу йl con frialdad— serнa que Seguridad cetagandana se encargara del trabajo. Si se acusa a Slyke, eso probarб la inocencia de Barrayar y yo ya no tendrй problemas…

Bueno, no del todo. Slyke Giaja, si es que era lord X, era el hombre que de alguna forma habнa manipulado el control de trбnsito de la estaciуn orbital, y que habнa sabido exactamente dуnde estaba el punto ciego para dejar el cuerpo de Ba Lura. Tenнa mбs acceso a Seguridad del que le correspondнa… mierda… Era correcta la idea de que Seguridad de Cetaganda podrнa dirigir un ataque sorpresa contra la nave del prнncipe imperial?

— Y de quй se disfrazarнa usted? — le preguntу ella.

Йl tratу de convencerse de que el tono de la pregunta era sуlo de sorpresa, y no de desprecio.

— De ba, probablemente. Son bajos, como yo. Y ustedes, los haut, tratan a esa gente como si fuera invisible, ciega y sorda…

— ЎNingъn hombre se disfrazarнa de ba!

— Tanto mejor. — Йl sonriу irуnicamente por su reacciуn. La comuconsola de Rian emitiу un ruidito, pidiendo atenciуn. Ella la mirу con breve gesto de disgusto sorprendido, despuйs tocу la almohadilla del cуdigo. En la placa de vнdeo se formу la cara de un hombre maduro de rostro atractivo. Llevaba puesto el uniforme de oficial de Seguridad de Cetaganda, pero Miles no lo conocнa. Sus ojos grises brillaban como cuentas de granito en la cara reciйn maquillada de rayas de cebra. Miles gimiу y dirigiу una mirada a su alrededor: no, por suerte estaba fuera de los lнmites de la imagen.

— Haut Rian. — El hombre hizo un gesto deferente con la cabeza.

— Ghemcoronel Millisor — respondiу Rian—. Ordenй que bloquearan mi comuconsola. Йste no es un buen momento. — Era obvio que ella trataba de no mirar a Miles.

— He usado el acceso de emergencia, seсora. Hace un tiempo que trato de ponerme en contacto con usted. Mis disculpas, Haut, por interrumpir asн su duelo, pero la Seсora Celestial serнa la primera en pedнrmelo. Hemos conseguido rastrear el L-X-10-Terran-C perdido en el Agujero de Jackson. Necesito la autorizaciуn del Criadero Estrella para proseguir la persecuciуn fuera del imperio. Tenнa entendido que la recuperaciуn del L-X-10-Terran-C era una de las prioridades de la fallecida Seсora. Despuйs de las pruebas de campo, estaba pensando en agregarlo al hautgenoma.

— Era prioritario, ghemcoronel, en efecto, pero… bueno, sн, deberнamos recuperarlo. Un momento, por favor. — Rian se levantу, fue hasta uno de los armarios y lo abriу con el anillo codificador que llevaba colgando de una cadena alrededor del cuello. Estuvo revolviendo algunos objetos y sacу un bloque transparente de unos quince centнmetros de lado con el dibujo del pбjaro grabado en la parte superior; volviу a su escritorio y lo colocу sobre la almohadilla lectora de la comuconsola. Tecleу algunos cуdigos y una luz parpadeу brevemente dentro del bloque-. Muy bien, ghemcoronel. Lo dejo en sus manos. Usted conoce la opiniуn de mi Seсora sobre este asunto. Estб autorizado. Saque los recursos que necesite de los fondos especiales del Criadero Estrella… lo que sea.

— Gracias, Haut. La mantendrй informada. — El ghemcoronel asintiу y desapareciу de la pantalla.

— Quй era todo eso? — preguntу Miles en tono alegre, tratando de no parecer demasiado un predador.

Rian frunciу el ceсo.

— Un asunto interno y antiguo del hautgenoma. No tiene nada que ver con usted, ni con Barrayar, ni con la crisis, se lo aseguro. La vida sigue…

— Cierto. — Miles sonriу con amabilidad, como si estuviera totalmente satisfecho por la respuesta. Mentalmente, archivу la conversaciуn. Tal vez pudiera servirle como cebo para Simon Illyan. Tenнa la sensaciуn de que iba a necesitar alguna excusa de peso para Illyan cuando volviera a casa.

Rian puso el Gran Sello del Criadero Estrella en su lugar, dentro del armarlo cerrado, y volviу a la silla.

— Le parece posible? — siguiу diciendo Miles-. Podrб conseguir una dama de confianza, mandarla conmigo disfrazado de ba, ID reales, el cilindro falso y algъn medio para asegurarme de que la Llave que encuentre es la real? Y algъn pretexto vбlido para que ella vaya a la nave del prнncipe Slyke… conmigo como acompaсante? Cuбndo?

— No… no estoy segura del momento.

— Esta vez tenemos que fijar la reuniуn por adelantado. Si voy a escaparme de la supervisiуn de mi embajada durante varias horas, no puede llamarme cualquier dнa a cualquier hora, seсora… tengo que cubrirme las espaldas… y preparar una historia para venderla a mi propia Seguridad. Tiene usted copia de mis citas oficiales? Supongo que sн, ya me ha localizado usted varias veces. Tambiйn considero conveniente que nos veamos fuera del Jardнn Celestial. Maсana por la tarde iremos a un lugar llamado Exhibiciуn de Bioestйtica. Creo que podrнa inventar alguna excusa para escaparme… tal vez con ayuda de Ivan.

— Tan pronto?

— No me parece tan pronto, seсora. No nos queda mucho tiempo. Ademбs tenemos que prever la posibilidad de que haya que anular el primer intento por alguna razуn. Usted… Supongo que es consciente de que la prueba contra el prнncipe Slyke es… sуlo circunstancial. No concluyente.

— Pero por ahora es lo ъnico que tengo.

— Entiendo. Pero necesitamos todo el margen que podamos darnos en caso de que sea necesario un segundo intento.

— Sн… tiene razуn… — Ella respirу hondo, frunciу el ceсo con ansiedad-. Muy bien, lord Vorkosigan. Le ayudarй.

— Tiene alguna idea del lugar de la nave en que puede estar la Gran Llave? Es un objeto pequeсo y la nave, muy grande. La primera opciуn es el camarote privado del prнncipe. Una vez a bordo, hay alguna forma de detectar la Gran Llave? No creo que tengamos la fortuna de contar con un circuito de ruido… O sн?

— No tanto. Pero el sistema de energнa de la Llave tiene un diseсo muy antiguo y muy poco frecuente. A corta distancia es posible detectarlo con un sensor apropiado. La dama que vaya con usted tendrб uno y si se me ocurre alguna otra cosa ъtil, la mandarй con ella tambiйn.

— Todo es importante. — Por fin, habнa llegado. Por fin, estaban en movimiento.

Miles suprimiу un impulso salvaje de rogarle que lo dejara todo y huyera con йl a Barrayar. Podrнa sacarla del Imperio de Cetaganda por conductos legales? No parecнa una tarea menos milagrosa que la que le esperaba al dнa siguiente. Cуmo afectarнa a su carrera, por no mencionar a la de su padre, la instalaciуn de una hautmujer cetagandana y pariente cercana del emperador Fletchir Giaja en la casa Vorkosigan? Cuбntos problemas acarrearнa? Aquel asunto le recordу la Guerra de Troya.