Nadie sabe de dónde salió el representante, sólo se sabe que apareció un día del brazo de mi suegra con un clavel en la solapa. Era un hombre muy educado, nunca interrumpía a mi suegra cuando ella estaba hablando, y si era él quien hablaba y mi suegra le interrumpía, él siempre le pedía perdón. Mi suegra lo llevaba a todas partes y se decían los dos cariño mío, por eso no nos extrañó a nadie cuando dijeron que iban a casarse. A mi novio y a mí nos vino muy bien, aunque a él no le gustara nada que su madre se volviera a casar. Pero menos le gustó la idea de mi suegra de que celebráramos una doble boda. Menos mal que se negó, porque menudo lío que la madrina fuera también una novia. Además, mi marido no quería saber nada de la boda de su madre, así es que como nosotros ya habíamos esperado bastante nos casamos los primeros, los dos solos, y su madre en nuestra boda fue únicamente la madrina.