Nadie pone en duda que Koltsov, como redactor de Pravda, se beneficiaba de un trato de favor en tanto que observador de Stalin. Sin embargo, ello no explica las proporciones reales del activo papel que Koltsov / «Miguel Martínez» desempeñó en una amplia variedad de cuestiones políticas y militares, cosa que indudablemente estaba más allá de la capacidad de un solo hombre. Cuando el 21 de septiembre de 1936 las milicias republicanas se retiraron de Maqueda, en la carretera de Talavera a Madrid, K/MM estaba allí, pistola en mano, tratando de impedir la retirada. En este caso, K/MM era probablemente Koltsov, pues no es creíble que Gorev o Grigulévich se hallaran en el frente de batalla. En la capital sitiada, K/MM actuaba como asesor de los dirigentes comunistas y como estrecho colaborador de Julio Álvarez del Vayo, quien el 17 de octubre había recibido el nombramiento de comisario general del ejército, lo cual lo convertía en la práctica en jefe del cuerpo de comisarios. En lo que respecta a sus encuentros con Del Vayo, «Miguel Martínez» podría haber sido en algunos momentos Koltsov y, en otros, Gorev. Antes incluso de ese momento, K/MM obtenía copias de comunicaciones enemigas interceptadas por radio. Dado que el ejército republicano no disponía de la capacidad necesaria para interceptar las comunicaciones enemigas, de esa tarea tuvieron que hacerse cargo tres especialistas militares soviéticos llegados en octubre de 1936. Por tanto, la persona que recibió copias de las comunicaciones interceptadas tuvo que ser Gorev, en su calidad de agregado militar y jefe local de la inteligencia militar. Se sabe que, el 28 de octubre, K/MM explicó a las unidades del Quinto Regimiento comunista cómo llevara cabo los ataques con tanques. 19Si fue Koltsov, es lógico pensar que estuviera transmitiendo los consejos del verdadero especialista en tanques, Gorev, lo cual alimenta la sospecha de que quien dio las explicaciones fue en realidad el propio Gorev.

Una importantísima intervención de «Miguel Martínez» es la que tiene que ver con el proceso de toma de decisiones sobre la evacuación de Madrid y posterior ejecución de los derechistas encarcelados, uno de los episodios más controvertidos de la guerra civil española. En el diario, «Miguel Martínez» señala con insistencia a los dirigentes comunistas el peligro de permitir que los militares que se hallaban entre los prisioneros pasaran a engrosar las filas de los rebeldes. Preocupado por «los ocho mil fascistas encarcelados en diversas prisiones de Madrid», que amenazaban con convertirse en un auténtico problema como peligrosa «quinta columna», «Miguel Martínez» acudió en distintas ocasiones al cuartel general del Partido Comunista y a las oficinas de la Intendencia Militar para interesarse por lo que se había hecho y proponer ideas sobre cómo organizar la evacuación. 20Boris Volodarski es de la opinión de que, al describir las actividades de «Miguel Martínez» en relación con la evacuación de los presos políticos de derechas, en realidad Koltsov estaba anotando en su diario las de

Iósif Grigulévich. La operación se saldó finalmente con el asesinato de un gran número de presos, pero sigue sin aclararse quién fue el responsable directo de esas muertes. En la decisión de evacuar intervinieron muchas personas y el resultado final se produjo de forma gradual, acumulativa. No obstante, Grigulévich estaba al mando de una unidad especial cuyos integrantes habían sido reclutados de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) y, según parece, dicha unidad desempeñó un papel clave la noche del 7 de noviembre y el día siguiente en la recogida y traslado de los presos. 21Es más, Grigulévich se había convertido en íntimo amigo y colaborador de Santiago Carrillo a quien se había presentado con el nombre falso de José Escoy. Carrilo, como líder de las JSU y consejero de Orden Público en la Junta de Defensa de Madrid, ha sido acusado con frecuencia de implicación en todo el complicado asunto conocido después como Paracuellos . 22"

El diario de Koltsov da a entender que «Miguel Martínez» protagonizó un papel decisivo en la creación del sistema de comisarios políticos para levantar la moral de las tropas. Según él, «Miguel Martínez» fue quien introdujo la práctica de que los comisarios enviaran con regularidad informes políticos de sus unidades al alto mando militar. Dado que en la época ésa era una práctica habitual del Ejército Rojo, es posible que o bien en este caso «Miguel Martínez» fuera Koltsov limitándose a transmitir las recomendaciones de sus colegas asesores rusos, como Gorev, o bien que el mencionado «Miguel Martínez» fuera en realidad Gorev o cualquier otro «asesor». Según se desprende del diario, «Miguel Martínez» no sólo tenía acceso a esos informes, sino que de vez en cuando incluso los escribía. 23Si bien no cabe duda de que la introducción en España del sistema de los comisarios se basaba en el modelo surgido durante la guerra civil rusa, el nombre de Koltsov no figura entre los citados por las fuentes españolas como impulsores del desarrollo de dicho sistema en España. Sin embargo, cabe la posibilidad de que, gracias a su estrecha relación con el Quinto Regimiento comunista, sus consejos resultaran cruciales. 24Koltsov escribía para Milicia Popular,el periódico del Quinto Regimiento. Además, mantenía una más que cordial relación con Enrique Líster, aunque ese hecho no prueba nada. Lo mismo puede decirse de Gorev. Koltsov escribía para Milicia Popular,el periódico del Quinto Regimiento. 25No se puede tener una total certeza, pero es muy probable que el «Miguel Martínez» implicado en el desarrollo del sistema de comisarios fuera alguien distinto de Koltsov.

En su diario, Koltsov habla de la relación de «Miguel Martínez» con Álvarez del Vayo y lo hace en unos términos que otorgan credibilidad a la participación del primero en el sistema de comisarios. El 23 de octubre de 1936, Koltsov escribió que todos los días a las seis de la tarde, el comisario general Álvarez del Vayo se reunía en el Ministerio de la Guerra con los cinco subcomisarios, otros dos comisarios y «Miguel Martínez». Si nos lo creemos al pie de la letra, eso implicaría que Koltsov era algo más que un simple corresponsal. Parece mucho más verosímil, desde luego, pensar que quien participaba en dichas reuniones era Gorev, o bien Koltsov obedeciendo órdenes de Gorev. 26

Está claro que Koltsov se sentía más feliz y más vivo en Madrid que en la funesta atmósfera de las purgas moscovitas. Es posible que apoyara públicamente las purgas de Stalin, pero de lo que no cabe duda es de que cada vez se sentía más incómodo al respecto. Experimentó una gran alegría al conocer la noticia de que la Unión Soviética había decidido enviar aviones, tanques, artillería y otras clases de armamento para ayudar a la República española. 27No se puede poner en duda su extraordinaria capacidad de trabajo ni su arrollador entusiasmo hacia la causa republicana, si bien tampoco se puede negar que algunos autores exageran, aunque sea con buena intención. Gleb Skorokhodov, su primer biógrafo, refundió a Koltsovy a «Miguel Martínez» e hizo una absurda afirmación: según él, a Koltsov se le encomendó a finales de octubre la tarea de ultimar las instrucciones del Ministerio de la Guerra para la defensa de Madrid. 28Es inconcebible pensar que los estrategas responsables de tal cuestión, los generales Jan Berzin y Gorev, y el jefe republicano del Estado Mayor, Vicente Rojo, hubieran permitido tal intrusión por parte de un aficionado. El error de Skorokhodov es un indicio más de que no sólo «Miguel Martínez» era una amalgama de individuos, sino también de que un componente fundamental de esa amalgama era Gorev.