386
No toquemos a la vida ni con la punta de los dedos. No amemos ni con el pensamiento.
Que ningún beso de mujer, ni siquiera en sueños, sea una sensación nuestra.
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No toquemos a la vida ni con la punta de los dedos. No amemos ni con el pensamiento.
Que ningún beso de mujer, ni siquiera en sueños, sea una sensación nuestra.