– El nuevo nagual te cuidará -dijo Emilito, llamando mi atención otra vez sobre el comedor-. Es tu último maestro, el que te llevará a la libertad. Tiene muchos nombres, uno por cada una de las diferentes facetas de brujería con las que está involucrado. En lo que respecta a la brujería del infinito, se llama Dilas Grau. Algún día lo conocerás a él y a los demás. No pudiste hacerlo el día que estuviste en el pasillo izquierdo con Nélida ni lo puedes hacer ahora, aquí conmigo. Pero pronto pasarás al otro lado. Te están esperando.
Un anhelo indefinible se apoderó de mí. Quería escurrirme al otro cuarto a través de ese agujero de observación, para estar con ellos. Había armonía y afecto ahí. Y me estaban esperando.