Изменить стиль страницы

— Si… si usted deseaba que fuera un secreto, por quй me dijo que buscara en el lugar donde sabнa que iba a encontrar sus huellas? Y… — El tono se llenу de curiosidad insatisfecha e irritaciуn-. Y si no querнa que fuera un secreto, por quй no me lo dijo directamente?

— Fue una manera de probar sus habilidades, lord Benin. Querнa saber si valdrнa la pena convencerlo de que compartiera sus resultados conmigo. Crйame, mi primer encuentro con Ba Lura es tan misterioso para mн como para usted.

Incluso debajo de la pintura, la mirada de Benin hizo que Miles pensara inmediatamente en la que le dedicaban con frecuencia sus superiores barrayareses. La Mirada. Era extraсo y retorcido, pero de alguna manera lo tranquilizу. La sonrisa que habнa en su cara se tiсу de alegrнa.

— Y… cуmo conociу a Ba Lura? — dijo Benin.

— Quй sabe usted? — le contestу Miles. Sabнa que Benin no se lo contarнa todo. Tenнa que guardarse algo para comprobar la historia del enviado de Barrayar. Pero eso le parecнa bien, porque Miles se proponнa contar la verdad, casi toda la verdad…

— Ba Lura estaba en la estaciуn de transferencia el dнa que usted llegу. Saliу de la estaciуn por lo menos dos veces. Una vez desde un compartimiento de embarque donde se desactivaron los monitores durante cuarenta minutos, perнodo en el que no hubo nadie controlбndolos. El compartimiento y el perнodo coinciden con su llegada, lord Vorkosigan.

— Nuestra primera llegada, quiere usted decir.

— … Sн…

Vorreedi abrнa unos ojos como platos mientras se le afinaban los labios. Miles lo ignorу, aunque la mirada de Ivan cambiу de foco con cautela y pasу revista a la cara del comandante.

— Desactivados? No. Los habнan arrancado de la pared, ghemcoronel. Pero dнgame, el encuentro en el compartimiento, fue la primera vez que Ba Lura saliу de la estaciуn? O la segunda?

— Segunda — dijo Benin, con una intensa mirada.

— Puede probarlo?

— Sн.

— Bien. Tal vez eso sea muy importante.

— Ja, Benin no era el ъnico que podнa dar vueltas para comprobar la veracidad de la informaciуn. Hasta el momento, el ghemcomandante no le habнa mentido. Miles no sabнa la razуn, pero no importaba mucho. Vueltas y mбs vueltas-. Bueno, йsta es nuestra versiуn…

En tono inexpresivo, con muchos detalles fнsicos que corroboraban la historia, Miles describiу el confuso encuentro con Ba Lura. Sуlo silenciу el momento en que habнa visto la mano de Ba Lura en su bolsillo al principio del encuentro. Llevу los hechos hasta el momento de la heroica pelea de Ivan y su recuperaciуn del destructor nervioso y en ese punto dejу todo en manos de Ivan. Ivan lo mirу furioso pero retomу el relato en el mismo tono y ofreciу una descripciуn clara y concisa de la retirada de Ba Lura.

Como Vorreedi no llevaba maquillaje facial, Miles vio cуmo su expresiуn se oscurecнa lentamente. El hombre ejercнa un fйrreo control sobre sн mismo, asн que no se ruborizу ni nada por el estilo, pero Miles hubiera apostado cualquier cosa a que el salto de presiуn sanguнnea del coronel en ese momento habrнa hecho sonar la alarma de cualquier monitor mйdico.

— Y por quй no me informу en nuestra primera entrevista, lord Vorkosigan? — preguntу Benin de nuevo, despuйs de una larga pausa, como para asimilar los datos.

— Yo podrнa hacerle a usted la misma pregunta, teniente — intervino Vorreedi en una voz levemente tensa por debajo de una superficie suave y tranquila.

Benin le dirigiу una mirada y levantу una ceja. El maquillaje quedу casi en peligro.

Teniente, no milord. Miles captу aquel detalle.

— El piloto del vehivaina redactу un informe para el capitбn, quien seguramente lo pasу a su superior. — Es decir, a Illyan; en realidad, si navegaba por canales normales, el informe estarнa llegando al escritorio de Illyan en ese mismo instante. Tres dнas mбs y aparecerнa un interrogatorio de emergencia en el escritorio de Vorreedi, seis mбs para contestar y seguir adelante con la conversaciуn. Asн que todo habrнa terminado antes de que Illyan pudiera mover un dedo-. Sin embargo, con mi autoridad de enviado superior, suprimн el incidente por razones diplomбticas. Nos enviaron con instrucciones especнficas: no llamar la atenciуn y comportarnos con la mбxima cortesнa. Para mi gobierno, esta ocasiуn solemne es una importante oportunidad para transmitir el mensaje de que nos sentirнamos satisfechos si se estrecharan los lazos entre los dos imperios. No me pareciу conveniente empezar la visita con acusaciones de un ataque armado sin motivo perpetrado por un esclavo imperial contra los representantes especiales de Barrayar.

La amenaza era obvia: a pesar del maquillaje, Miles se daba cuenta de que el ghemcoronel la habнa captado. Y Vorreedi lo estaba pensando.

— Puede usted… probar sus palabras, lord Vorkosigan? — preguntу Benin con cautela.

— Tenernos todavнa el destructor nervioso, Ivan? — Miles hizo un gesto hacia su primo.

Ivan sacу el arma del bolsillo y la colocу sobre la mesa despacio, con cuidado, tocбndola apenas con las yemas de los dedos. Despuйs, volviу a poner las manos sobre las piernas. Evitу la mirada furiosa de Vorreedi. El coronel y Benin alargaron la mano hacia el destructor al mismo tiempo y se detuvieron, con el ceсo fruncido y una mirada desafiante.

— Disculpe usted — dijo Yorreedi-. No lo habнa visto antes.

— En serio? — preguntу Benin. El tono implicaba: Que extraordinario-. Adelante. — La mano cayу a su lado con amabilidad.

Vorreedi levantу el arma y la examinу con cuidado: entre otras cosas, se fijу que el dispositivo de seguridad estaba puesto antes de entregarla con gesto amable a Benin.

— Le devuelvo el arma con sumo gusto, ghemcoronel — siguiу diciendo Miles-, a cambio de la informaciуn que usted pueda deducir de ella. Si al final resulta proceder del Jardнn Celestial, no serнa de gran ayuda, pero si Ba Lura la consiguiу en su viaje… tal vez eso nos revele mucho. Usted puede investigar algo asн mucho mбs que yo. — Miles hizo una pausa y agregу-: A quiйn visitу Ba Lura cuando abandonу la estaciуn por primera vez?

Benin levantу la vista, que tenнa fija en el destructor nervioso. — Fue a una nave anclada fuera de la estaciуn.

— Podrнa ser mбs concreto?

— No.

— Discъlpeme. Me gustarнa volver a formular la pregunta. Podrнa usted ser mбs concreto si quisiera?

Benin dejу el destructor sobre la mesa y se reclinу; aunque resultara imposible de creer, su expresiуn de interйs y atenciуn se intensificу. Se quedу callado durante un largo instante, mirando a Miles; despuйs contestу:

— No, desgraciadamente, no.

Mierda. Las tres naves de hautgobernadores ancladas fuera de la estaciуn de transferencia eran las de Ilsum Kety, Slyke Giaja y Este Rond. Йse podrнa haber sido el final de la triangulaciуn, pero Benin no tenнa el dato. Todavнa.

— Me interesarнa particularmente entender la forma en que control de trбnsito o lo que se hizo pasar por control de trбnsito nos dirigiу al compartimiento errуneo… al compartimiento en el que atracamos en primer lugar.

— Por quй entrу Ba Lura en su vehivaina? Cуmo lo explica usted? — preguntу Benin a su vez.

— Fue un encuentro muy confuso, ghemcoronel. No podemos descartar que se tratara de un accidente. Al contrario, si el encuentro fue intencional, no hay duda de que algo les saliу muy mal.

Chъpate йsa, decнa la cara silenciosa de Ivan. Miles lo ignorу.

— De todos modos, ghemcoronel, espero que esto lo ayude a organizar sus investigaciones — siguiу diciendo Miles en tono terminante. Seguramente Benin estaba impaciente por correr tras su nueva pista: el destructor nervioso.

Benin no se moviу.

— Y quй fue lo que realmente discutieron usted y la haut Rian, lord Vorkosigan?

— Si desea usted una respuesta, tendrб que formularle la pregunta a la haut Rian, ghemcoronel. Ella es tan cetagandana como el departamento que usted dirige. — Lбstima-. Pero a mi entender, el dolor de la haut Rian por la muerte de Ba Lura es bastante autйntico.

Benin parpadeу una vez.

— No entiendo cуmo puede usted juzgar la profundidad de su sufrimiento… La ha visto usted muchas veces?

— Es una deducciуn… — Y si no terminaba con todo eso en ese mismo instante, meterнa la pata tan hasta el fondo que iban a necesitar una grъa para sacarla. A Vorreedi tenнa que tratarlo con la mayor delicadeza; pero a Benin, no…-. Todo esto es fascinante, ghemcoronel, pero por desgracia esta maсana no dispongo de mucho tiempo. Sin embargo, si llega a descubrir de dуnde procede el destructor nervioso y adуnde fue Ba Lura, le agradecerнa profundamente la oportunidad de seguir con esta conversaciуn. — Se sentу, cruzу los brazos y le ofreciу una cordial sonrisa.

Lo que deberнa haber hecho Vorreedi era anunciar en voz bien alta que tenнan todo el tiempo del mundo y dejar que Benin se ocupara de todo. Eso habrнa hecho Miles en su lugar. Pero no cabнa duda de que Vorreedi estaba impaciente por hablar con Miles a solas, y en lugar de permitir una conversaciуn mбs larga, se levantу para seсalar el final de la entrevista. Benin, huйsped de la embajada en territorio ajeno, accediу con gesto amargo — no era su modo normal de proceder, de eso Miles estaba seguro— y se levantу sin comentarios.

— Tenemos una conversaciуn pendiente, lord Vorkosigan. Esto no se termina aquн. Se lo aseguro — afirmу en tono oscuro.

— Eso espero, seсor. Eli,… ha seguido usted mi consejo? Sobre bloqueo de interferencias?

Benin hizo una pausa, con una expresiуn que de pronto se habнa vuelto un poco abstracta.

— Sн, sн.

— Y cуmo le fue?

— Mejor de lo que esperaba.

— Me alegro.

A Miles le pareciу que la despedida de Benin, casi un saludo militar, era evidentemente irуnica pero no del todo hostil.

Vorreedi escoltу a su invitado hasta la puerta, pero lo entregу al guardia y volviу a la pequeсa habitaciуn antes de que Miles e Ivan tuvieran tiempo de escapar.

El coronel mirу a Miles a los ojos, y йste lamentу que su inmunidad diplomбtica no incluyera tambiйn al oficial de protocolo. Pensaba Vorreedi separarlo de Ivan y conseguir la informaciуn por su primo? Ivan estaba practicando el arte de la invisibilidad, deporte para el que le sobraba habilidad, por cierto.

— En caso de que no se haya dado cuenta, teniente Vorkosigan, yo no soy un hongo — dijo en tono firme y peligroso.

Un hongo: algo que crece en la oscuridad y se alimenta con informaciуn podrida, claro. Miles contuvo un suspiro.