226Pero que no hagan daño a mi caballito.
227Los húsares de Pavlograd.
228La reserva, Sire.
229Qué cosa tan terrible es la guerra.
230Herr general Wimplin, el conde de Langeron, el príncipe de Licchtenstein, el príncipe de Hohenlohe y Prsch... Prsch... y así sucesivamente, como todos los nombres polacos.
231Cállese, lengua viperina.
232Oh, mi querido general; yo me ocupo del arroz y de la carne; ocúpese usted de la guerra.
233Una lección de geografía.
234A fe mía.
235Querido mío, el viejo está de un humor de perros.
236Vaya a ver, amigo mío, si la tercera división ha rebasado ya la aldea. Diga que se detengan y esperen mis órdenes.
237Y pregunte si han colocado tiradores en las avanzadas. ¡Lo que hacen, lo que hacen!
238A fe mía, Majestad, haremos lo que esté en nuestro poder.
239Al diablo estos rusos.
240¡Brava gente!
241Las municiones de las piezas de posición se han terminado, Sire.
242Haga avanzar las de la reserva.
243He aquí una hermosa muerte.
244Ha venido muy joven a enfrentarse con nosotros.
245¿Y usted, joven?
246Es un tipo nervioso y bilioso..., no saldrá de ésta.
247Habría que inventarlo.
248Largo de aquí.
249Pero ¿qué diablos iba a hacer en esa galera?
250Mi buena amiga, temo que el dulce de esta mañana me haya hecho daño.
251Valor, ángel mío.
252No, es el estómago... Di que es el estómago, María..., dilo.
253Mi querido conde, usted es uno de mis mejores discípulos, es preciso que baile. [...] Mire cuántas muchachas bonitas.
254No, querido; yo haré de mirón.
255Está medio loco; siempre lo he dicho.
256Lo más selecto de la verdadera buena sociedad y la flor y nata intelectual de San Petersburgo.
257Mucho mérito.
258El príncipe Hipólito Kuraguin, joven encantador; el señor Krug, encargado de negocios de Copenhague, un espíritu profundo, y el señor Shitov, un hombre de mucho mérito.
259Es la duda lo que halaga.
260Hay que saber distinguir entre el gabinete de Viena y el emperador de Austria. El Emperador no ha podido pensar nunca en semejante cosa, eso no lo sostiene más que el gabinete.
261Eh, mi querido vizconde [...] Urupa... Uropa no será jamás una sincera aliada nuestra.
262Es imperativo que venga a verme [...] El martes, de ocho a nueve. Me dará gran placer.
263Es la espada de Federico el Grande que yo...
264Ea, ¿con quién la tenéis, con vuestro rey de Prusia?
265Nada, no es nada. Sólo quería decir... [...] Sólo quería decir que nos equivocamos al hacer la guerra por el rey de Prusia.
266Es muy malo su juego de palabras, muy espiritual, pero injusto... No hacemos la guerra por el rey de Prusia, sino por los buenos principios. ¡Qué malvado este príncipe Hipólito!
267Perdone, una tabaquera con el retrato del Emperador es una recompensa pero no una distinción. [...] Más bien un regalo.
268Más bien hay precedentes: puedo citarle el caso de Schwarzenberg.
269Es imposible.
270El gran cordón es cosa distinta...
271Venga mañana a cenar... Tiene que venir... Venga.
272Sólo conozco dos males bien reales en la vida: el remordimiento y la enfermedad. Sólo en la ausencia de esos males está el bien.
273El prójimo.
274Pero no es como tú lo entiendes.
275Es muy curioso, te lo aseguro.
276Andréi, ¿por qué no me previniste?
277Encantada de verlo... Estoy muy feliz de verlo.
278Debes saber que es una mujer.
279Pero, querida mía, al contrario, deberías estarme agradecida de que explique a Pierre tu amistad íntima con ese joven.
280¿De veras?
281Princesa, palabra, no quería ofenderla.
282Querría ver al gran hombre.
283Un momento, en seguida estoy con usted.
284Bien plantada y bella como el diablo.
285Otro solicitante.
286Sire, le pido la venia para conceder la Legión de Honor al más valiente de sus soldados.
287Al que más valerosamente se haya portado en esta última guerra.
288Su Majestad me permitirá que pida la opinión del coronel.
289A la griega.
290Comité de salvación pública.
291Sobrenombre.
292Es el gran artífice.
293Teme llegar tarde.
294El principio de las monarquías es el honor, me parece irrefutable. Ciertos derechos y privilegios de la nobleza me parecen medios para sostener ese sentimiento.
295Si enfoca la cuestión desde este punto de vista...
296De mujer encantadora, tan espiritual como bella.
297De si estaban o no los señores de la embajada.
298De la mujer más distinguida de San Petersburgo.