94Es muy bello lo que decís.
95Muy bueno, muy bueno, princesa; además, en Moscú uno se cree en el campo.
96¿Verdad?
97Una pizca.
98Estoy rendido como un caballo de postas.
99Pero, mi buena Catiche, está claro como la luz del día.
100Y todo lo que se desprende.
101Entremos en razón.
102Protegida.
103No perdamos tiempo.
104De eso se trata.
105Créame que sufro tanto como usted, pero sea hombre.
106Ah, mi amigo, olvide los perjuicios que se hayan cometido con usted, piense que es su padre... tal vez en la agonía. [...] Desde un principio lo amo como a un hijo. Fíese de mí, Pierre, no olvidaré sus intereses.
107Sea hombre, amigo mío, yo velaré por sus intereses.
108Querido doctor, [...] este joven es el hijo del conde... ¿hay esperanza?
109Confíe en Su misericordia.
110Ánimo, ánimo, amigo. Él desea verlo Eso es bueno...
111Ha sufrido otro ataque hace media hora. Valor, amigo mío...
112La bondad divina es inagotable. Va a comenzar la ceremonia de la extremaunción. Venga.
113Está adormecido [...] Vamos.
114Catiche ha hecho servir el té en el saloncito. [...] Vamos, mi buena Anna Mijáilovna... tome algo, porque de otra manera no resistirá.
115Nada reanima tanto, después de una noche en blanco, como una taza de excelente té ruso.
116Vamos, mi buena Anna Mijáilovna, deje hacer a Catiche.
117Le suplico...
118Se nos va y me dejan sola.
119Ya no existe...
120Vamos, lo acompañaré. Trate de llorar: nada alivia como las lágrimas.
121Hay que ser hombre.
122Es penoso, pero son cosas que hacen bien; eleva el alma ver a hombres como el anciano conde y su digno hijo.
123Ah, está despachando su correspondencia, princesa; yo ya he despachado la mía. He escrito a mi pobre madre. [...] Princesa, debo advertirle de que el príncipe ha tenido un altercado, un altercado con Mijaíl Ivánovich. Está de pésimo humor y taciturno. Dese por informada, usted sabe...
124Amiga, ya le he rogado otras veces que no me informe nunca sobre el humor de mi padre. Yo no me permito juzgarlo y querría que los demás tampoco lo hicieran.
125Pero esto es un palacio. [...] Vamos, rápido, rápido.
126¿Es María quien hace ejercicios? Vamos despacio, hay que sorprenderla.
127¡Ah, qué alegría para la princesa! Tengo que prevenirla...
128No, no, por favor... Usted es Mademoiselle Bourienne, la conozco por la amistad que le profesa mi cuñada. [...] ¿No nos espera?
129¡Olí, querida!... ¡María!... ¡He soñado esta noche!... No te lo esperabas, ¿verdad? Ah, María, estás más delgada. Y has recobrado...
130He reconocido en seguida a la señora princesa.
131¡Y yo que ni siquiera pensaba!... [...] ¡Ah, Andréi! No te veía.
132Llorona.
133De lo mejor.
134Me abandona aquí y Dios sabe por qué... ¡Cuando podría haber sido promovido!...
135Malbrough se va a la guerra, Dios sabe cuándo volverá.
136¡Caer en este ridículo!...
137La pobre condesa Apráksine ha perdido a su esposo, ya no le quedan lágrimas.
138Mademoiselle Bourirmi, ahí tiene a otro admirador de su granuja de Emperador.
139Ya sabe usted que no soy bonapartista, príncipe.
140¡Qué hombre de carácter es tu padre! Tal vez por eso me da miedo.
141¡Ah, Andréi! Qué tesoro de mujer.
142Comprenderlo todo es perdonado todo.
143En recursos.
144En la calle.
145Andréi, si tuvieses fe te habrías dirigido a Dios para que te inspirase ese amor que no sientes; y tu oración habría sido oída.
146¡Ah! lo creía en sus habitaciones.
147Figúrate a la vieja princesa Zúbov con sus ricitos postizos y la boca llena de dientes postizos, como si tratara de desafiar los años.
148¿Ya, Andréi?
149Aquí tiene al desgraciado Mack.
150¡Dios mío, qué ingenuo!
151Cuarenta mil hombres aniquilados, y el ejército de nuestros aliados destrozado, y halláis en eso motivo de risa. [...] Bien está para un muchachuelo que nada vale, como ese sujeto a quien has hecho amigo tuyo, pero no para ti, no para ti.
152¡Muy buenos días, muy buenos días!
153¡Qué trabajador! [...] ¡Viva Austria, viva Rusia, viva el emperador Alejandro!
154¡Viva todo el mundo!
155Las ocurrencias de Bilibin corrían por todos los salones de Viena.
156Con semejantes noticias, me han recibido como a perro en juego de bolos.
157Sin embargo, querido, a pesar de la gran estima que me merece el ejército «ortodoxo» ruso, confieso que su victoria no es de las más victoriosas.
158Todo eso es muy bonito.
159Un archiduque vale otro.
160Como si nos dijerais.
161Es como hecho adrede...
162El príncipe Murat y todo eso...