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Butch esperó hasta que se estuvo más cerca; entonces saltó hacia la entrada, apuntando el arma a nivel del pecho.

– Soy yo, poli. -Refunfuñó Z.

Butch balanceó el cañón hacia el techo. -Cristo, podría haberte pegado un tiro.

Pero Z no pareció preocuparse de que casi lo hubiera le hubiera pegado un tiro. Solo se agachó y pescó algunos trozos del plato roto con la yema del dedo.

Butch se quitó el abrigo y se enrolló las mangas. No le iba a pedir a Zsadist que se marchara. No había ningún argumento para hacerle entrar en razón y además, el hermano estaba actuando de una manera extraña, como si estuviera atontado. La mortal calma en él era infernalmente misteriosa.

Z recogió algo del suelo.

– ¿Qué es eso? -Le preguntó Butch.

– Nada.

– Intenta no remover la escena ¿vale?

Cuando Butch miró a su alrededor, se maldijo. Quería a su viejo compañero de la Fuerza, José. Quería al equipo completo de Homicidios. Quería a su gente tras un laboratorio del CSI.

Se permitió un par de segundos de negra frustración y luego regresó al trabajo. Comenzando por las puertas de las ventanas rotas, estaba preparado para examinar cada pulgada de la casa, incluso si tenía que hacerlo hasta el alba.

*****

Mary sacó otra ronda de Alka- Seltzer del cuarto de baño. Rhage estaba sobre su cama, respirando despacio, pero un poco verde.

Después de haberse bebido el material, levantó la vista hacia ella. Su cara estaba tensa y sus ojos eran suspicaces, preocupados.

– Mary…desearía que no hubieras visto nada de todo esto.

– Shh. Solo descansa un ratito ¿vale? Ya habrá tiempo de hablar más tarde.

Se desnudó deslizándose a su lado. En el momento en que estuvo debajo de las sábanas, él se acurrucó a su alrededor, su gran cuerpo era como una manta viva.

Estando a su lado, fuera de peligro y segura, la hizo pensar en Bella.

El pecho de Mary se apretó y cerró con fuerza los ojos. Si creyera que había un Dios absoluto, estaría rezando ahora mismo. En cambio solo podía esperar a que ella pudiese.

Eventualmente el sueño le llegó. Hasta horas más tarde, cuando Rhage comenzó a gritar.

– ¡Mary!!Mary, corre!

Él comenzó a agitar sus brazos. De un golpe, ella se zambulló entre ellos, apretándose contra su pecho, dirigiéndose a él. Cuando sus manos aún se movían, ella las capturó y puso sus palmas sobre su cara.

– Estoy bien. Estoy aquí.

– Oh, gracias a Dios…Mary. – Él le acarició las mejillas. -No puedo ver muy bien.

A la luz de las velas, ella lo miró a los desorientados ojos.

– ¿Cuánto te cuesta recuperarte? -Le preguntó ella.

– Un día o dos. -Él frunció el ceño y luego estiró las piernas. – En realidad, no estoy tan tenso como generalmente suelo estar. Tengo un nudo en el estómago, pero no me duele tanto. Después del cambio…

Él se detuvo, la mandíbula se veía rígida. Entonces aflojó el abrazo como si no quisiera que se sintiera atrapada.

– No te preocupes. -Murmuró ella. -No te tengo miedo mientras se que eres tú.

– Infiernos, Mary…no quería que lo vieras. -Él negó con la cabeza. -Es tan horrible. Todo esto es tan horrible.

– No estoy muy segura de eso. En realidad fui directamente hacia ello. La bestia. Yo estaba tan cerca como lo estoy ahora de ti.

Rhage cerró los ojos. -Mierda, Mary, no deberías haberlo hecho.

– Sí, bien, o lo hacía o la criatura se habría comido a V y a Zsadist. Literalmente. Pero no te preocupes, tu bestia y yo nos entendimos muy bien.

– No vuelvas a hacerlo.

– El infierno que lo volveré ha hacer. No puedes controlarlo, los hermanos no pueden controlarlo. Pero a mi esa cosa me escucha. Te guste él o no, los dos me necesitáis.

– ¿Pero no es…feo?

– No. No para mí.- Ella presionó un beso sobre su pecho. – Es temible y aterrador y poderoso e imponente. Y si alguien intentara cogerme esa cosa borraría una vecindad. ¿Cómo una chica no va estar encantada? Además, después de ver a esos lessers en acción, le estoy agradecida. Me siento a salvo. Entre tú y el dragón, no tengo por qué preocuparme.

Cuando ella levantó la mirada con una sonrisa, Rhage parpadeó rápidamente.

– Oh, Rhage…está bien. No estés…

– Pensaba que si sabías a que se parecía -dijo él con voz ronca -no serías capaz de volverme a mirar. Todo lo que recordarías es a ese horrible monstruo.

Ella lo besó y le limpió una lágrima de la cara. -Es parte de ti, no todo o todo lo que eres. Y te amo. Con o sin ello.

Se le acercó y metió la cabeza en su cuello. Cuando él soltó un profundo suspiro, ella le dijo -¿Naciste con ello?

– No. Es un castigo.

– ¿Por qué?

– Maté un pájaro.

Mary le echó un vistazo, pensando en que parecía algo exagerado.

Rhage le echó el pelo hacia atrás. -Hice algo más que eso, pero matar un pájaro fue lo que desequilibró la balanza.

– ¿Me lo vas a contar?

Él hizo una pausa durante largo rato. -Cuando yo era joven, justo después de mi transición, yo era…incontrolable. Tenía toda esa fuerza y energía y era estúpido cuando la utilizaba. No malo, solo…tonto. Peleas. Y yo, ah, dormía con muchas mujeres, mujeres que no debería haber tomado por que ellas eran las shellans de otros hombres. Nunca lo hice por jorobar a sus hellrens, pero tomé lo que me ofrecían. Tomé…todo lo que me ofrecieron. Bebí, fumé opio, caí en el láudano…Me alegra que no me conocieras entonces.

– Esto duró veinte, treinta años. Yo era un desastre esperando en la línea de la costa y me encontré con una mujer. La quería, pero ella era reservada y contra más me provocaba más determinado estaba a tenerla. No fue hasta que fui alistado por la Hermandad que ella cambió. Las armas la ponían. Los guerreros la ponían. Sólo quería estar con los hermanos. Una noche la llevé al bosque y le mostré mis dagas y mis armas. Ella jugaba con mi rifle. Dios, puedo recordar la imagen del rifle en sus manos, era uno de aquellos flinlock que se hacían a principios de 1800.

¿De 1800? Buen Dios ¿Cuántos años tenía? Mary se preguntó.

– De todas formas, se le cayó de las manos y escuché que algo golpeaba sobre el suelo. Era un búho. Uno de aquellos búhos blancos de granero tan graciosos. Todavía puedo ver la mancha roja de su sangre rezumando sobre sus plumas. Cuando recogí el pájaro y sentí su ligero peso sobre mis manos, comprendí que el descuido era una forma de crueldad. Mira, yo siempre me decía que porque no quería hacer daño, nada de lo que pasara era culpa mía. En aquel momento, supe que estaba equivocado. Si no le hubiera mi arma a la mujer, al pájaro no le habría pegado un tiro. Yo era responsable aún cuando no apreté el gatillo.

Se aclaró la garganta. -El búho era una cosa inocente. Tan frágil y pequeño comparado conmigo que se desangró y murió. Me sentí…desgraciado y pensé en dónde enterrarlo, cuando la Scribe Virgin llegó. Estaba lívida. Lívida. Para empezar le gustan los pájaros y el búho de granero es un símbolo sagrado, pero desde luego la muerte era solo parte de ello. Tomó el cuerpo de mis manos y le devolvió la vida al pájaro, enviándolo hacia el cielo nocturno. El alivio que sentí cuando aquel pájaro voló fue enorme. Sentí como si la pizarra hubiera sido limpiada. Pero entonces la Scribe Virgin se giró hacia mí. Me maldijo y desde entonces, cuando me descontrolo, la bestia sale. Por una parte, es el castigo perfecto. Me ha enseñado a regular mi energía, mis caprichos. Me ha enseñado a respetar las consecuencias de todas mis acciones. Me ayuda a entender el poder de mi cuerpo de un modo que no lo hubiera tenido si no.

Él se rió un poco. – La Scribe Virgin me odia, pero ella me hizo un favor infernal. Do todos modos…es horrible por ello. Maté un pájaro y conseguí una bestia. Simple y complicado sucesivamente ¿verdad?

El pecho de Rhage se amplió cuando hizo una gran respiración. Ella podía sentir su remordimiento tan claramente como si fuera suyo propio.