Tenía tiempo todavía. La policía se estaría comiendo las uñas buscando una conexión entre ella y Walter Pettibone. No iban a encontrar nada porque no había nada que encontrar.
Ese era el tono de su trabajo ahora, los esposos de otras mujeres. No tenía que tener sexo con ellos. Sólo iba a asesinarlos.
Saliendo de la habitación, caminó hacia su oficina para destinar el próximo par de horas estudiando las notas de su investigación sobre la próxima víctima.-
Podía haberse tomado un sabático forzado, pero Julianna estaba de regreso. Y raramente se iba.