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"…Los días pasan pesadamente lentos, el corazón sumergido en agua tibia sufre el tormento de este instante maravilloso, los ojos lastimosos del amado observan en el espejo cada nueva arruga, al despertar jamás podré volar a ciento ochenta kilómetros por hora para ira la playa, estoy viva pero he muerto."

Cuando terminó de declamar, soltó una gran carcajada:

– Escribí esto hoy al despertar, ¿no está mal, verdad? Los verdaderos poetas no están en los círculos literarios sino en las camas enloquecidas.

– Estoy perdida, en estos días no he escrito ni una palabra -le confesé.

– Por eso deberías de organizar una fiesta, para remover las nubes de moho y espantar la mala suerte, además del vino, la música, los buenos amigos y el desenfreno ¿acaso hay otra opción?

Hice muchas llamadas:

– En agosto no pasa nada interesante, así que por las pinturas que Tiantian ha hecho últimamente, por la novela que no puedo concluir, por la amistad, la salud y la felicidad, los invitamos a nuestra fiesta "1+1+1" -repetí en cada llamada.

Un día antes de la fiesta recibí una llamada inesperada de Pekín, era de aquel hermoso baobei, Fei Pingguo, el estilista bisexual que se autoproclamaba rompedor de corazones femeninos y masculinos. Dijo que ese día volaría a Shangai para encargarse del maquillaje y el peinado de las modelos en una reunión promocional de la marca Sassoon.

– Ven -le dije contenta-, tengo una fiesta más interesante.

Esa noche a las ocho y media la fiesta "1+1+1" se llevó a cabo en nuestra casa.

"1+1+1" quería decir "una persona, una rosa, un poema". Preparé con mucho esmero todos los detalles de esa fiesta, depuré cuidadosamente la lista de los invitados, debía haber proporción entre las mujeres y los hombres, además no invité personas muy serias sin ningún sentido del humor, para no arruinar el ambiente de la noche, afortunadamente estos amigos eran bastante relajados, amantes de los placeres y románticos. Arreglé un poco la casa, no tenía que esmerarme mucho, finalmente al día siguiente me despertaría en medio de un caos total.

Tiantian estaba de muy buen humor, vestido de tafetán blanco a la manera tradicional china, que lo hacía parecer un hermoso joven efebo iluminado por la luna de las islas de la antigua Grecia.

La puerta se abría, los amigos llegaban uno tras otro. Abrazaban a Tiantian y luego se sometían a mi inspección para ver si traían los pequeños regalos que habíamos pedido. Zhusha y Dick fueron los primeros, Zhusha estaba espléndida, con su vestido rojo claro de tirantes delgados, se parecía un poco a Gwyneth Paltrow, la protagonista de Shakespeare apasionado, que ese año había ganado el Oscar por la mejor actuación femenina. Parecía más joven que la última vez que la había visto, la nueva casa ya estaba remodelada, Dick se había mudado y vivían juntos.

– Los cuadros de Dick se venden muy bien en la Galería Qingyi, el próximo mes se va a Venecia y Lisboa para participar en una exposición internacional -dijo Zhusha sonriendo.

– ¿Por cuántos días te vas? -le pregunté a Dick.

– Tres meses más o menos -dijo. Ya se había cortado su pequeña cola de caballo. Fuera del anillo de calavera en la mano derecha, parecía un impecable oficinista, seguro que eso era en parte obra de Zhusha. Yo creí que no iban a durar más de tres meses juntos, pero demostraron ser muy compatibles.

– Quisiera ver tus cuadros -le dijo Tiantian.

– Primero déjame ver tus pinturas -dijo mostrando con la mano una acuarela colgada en la pared-. Es una verdadera lástima que no las exhibas en alguna galería.

– Ya lo hará -le sonreí a Tiantian.

Madonna apareció junto a un joven de los Estados Unidos. Por lo visto el policía Ma Jianjun ya había pasado a la página anterior de su larga historia amorosa. Sus amores se edifican encima de una y otra ruptura.

Madonna como siempre, con su cara muy blanca y un cigarro colgando de la mano, vestía una camisa negra muy ajustada, pantalones de brocado azul zafiro y botas de plataforma de goma, todo era de Gucci. Los anteojos oscuros que usaba la hacían especial, aunque un poco afectada (todos los que usan lentes oscuros a la noche se ven algo afectados). Nos presentó a un rubio, un chico estadounidense parecido a Leonardo Di Caprio, era uno de los que había organizado la protesta frente al consulado, "Johnson". -Luego apuntando con la mano dijo:

– Cocó, Tiantian.

– Johnson no trajo el poema -dijo Madonna- pero ahora haré que escriba uno. -Me sonrió maliciosa. -¿Sabes cómo nos conocimos? En el programa de la Televisión Oriental de Shangai para solteros Encuentros sabatinos. Él era el jefe del grupo número seis de los hombres anfitriones y yo era la jefa del grupo número tres de las mujeres anfitrionas. En realidad eran juegos tontos para gente aburrida, pero como sucedían ante las cámaras resultaban excitantes. La chica que coordinaba el grupo número tres, no sé dónde la había conocido, pero ella decía que me conocía y me pidió ser su anfitriona. Así pasamos todo el día grabando y fue cómo conocí a Johnson, él habla muy bien el chino, verán que enseguida va a escribir un poema corto como Li Bai. -Reía.

Johnson era algo shy, precoz y adorable, como debió de haber sido Leonardo Di Caprio antes de que se hiciera famoso.

– Nadie se puede enamorar de mi tesoro, porque yo soy muy celosa -reía Madonna. Cuando ella encontró a Zhusha y Dick, no hubo nada incómodo, abrazó con mucho entusiasmo a Zhusha y habló con Dick. Cuando una mujer tiene un nuevo amante, espontáneamente muestra una gran amplitud de criterio, y deja pasar muchas cosas, en lo que se refiere a la inconstancia la mujer no le pide nada al hombre. Un nuevo amor es básico para recuperar la autoconfianza femenina.

Luego vino la Araña acompañado de un estudiante extranjero de Fudan. Abrazó a Tiantian, luego me abrazó a mí y me besó como un loco. Dijo:

– Él es Yisha, de Serbia. -Al escuchar eso me puse en alerta, él tenía una expresión que mostraba que nunca había sido feliz, pero cortésmente me besó la mano y me dijo que yo era muy famosa en Fudan, que muchas chicas después de leer mis novelas querían ser escritoras como yo, y que él también había leído mi libro El grito de las mariposas.

Me conmovieron mucho sus palabras y las huellas de dolor en su cara por la pérdida de seres queridos y la destrucción de hogares. Sin proponérmelo me preocupé, si él se entera que en este cuarto hay un yanqui, ¿se pondría furioso y lo destrozaría? Los estadounidenses arrojaron miles de toneladas de pólvora en el cielo de la Federación Yugoslava, y un sinnúmero de mujeres y niños desaparecieron por ello, si fuera yo seguro que saltaría y destrozaría al primer estadounidense que se me presente.

– Siéntate donde gustes -le dijo Tiantian-, hay mucha comida y bebida, sólo te pido que no vayas a romper tan pronto los vasos y los platos. La Araña musitó:

– Si hubieran usado cosas de plástico no se romperían tan fácilmente.

Luego aparecieron en la puerta los editores. El Padrino, mi amor secreto de los años en Fudan, llegó con unos amigos trayendo rosas y poemas publicados hace cuatro años en Fudan en Cultivos de poesía. Se los presenté a Tiantian, era muy buena para presentar a la gente, es como preparar cócteles o pasar rápido de una película a otra.

Por último llegó Fei Pingguo con unas modelos glamorosas, todas eran sus compañeras de trabajo. Eran esas hermosas mujeres que se pasan la vida en programas de televisión, en cócteles, lejos del alcance de la gente común y corriente, pueden ser vistas y deseadas pero no tocadas, como los peces dorados de los acuarios.

El cabello de Fei Pingguo estaba tan colorido como el plumaje de un pavo real, parecía una pintura cubista, llevaba lentes de un bonito armazón negro (aunque no era miope), vestía una remera D amp;G y unos pantalones ajustados en blanco y negro. Encima de los pantalones, alrededor del talle, usaba una delgada tela tailandesa estampada en rojo oscuro en forma de falda, pero mucho más sexy. Su piel era blanca, pero no fría, dulce, pero no empalagosa, nos abrazamos y nos besamos ruidosamente.